Después de un año de grandes pérdidas para el lince ibérico, con 58 muertes, llegan buenas noticias para el lince ibérico, la especie de felino más amenazada del planeta. Desde que en 2005,  se puso en marcha en la Península Ibérica el programa de Conservación Lynx ex situ, una iniciativa que se integra en la Estrategia Nacional para la Conservación del Lince Ibérico y en el intervienen los gobiernos de España y Portugal junto a los autonómicos de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, han nacido en total 436 ejemplares, lo que significa una tasa de supervivencia del 75 %.

Emparejamientos y cría del conejo

Todo, a raíz de haber emparejado 248 hembras. De ellas copularon 209, lo que supone el 84,3 % de las hembras emparejadas, y se preñaron 168, es decir, un 80,4 han jugado un rol fundamental los convenios firmados con los propietarios de fincas para que éstos puedan contribuir a los conejos de monte, presa favorita del lince, que constituye entre el 80 y el 90% de su dieta. El conejo había sufrido una grave merma en los últimos años en España. No hay que echar, con todo, las campanas al vuelo. La especie sigue estando catalogada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN) como "en peligro". Pero a lo largo de estos 12 años de programa han nacido en cautividad un total de 436 linces, con una media de 2,6 cachorros por camada, de los que el 75 % superaron con éxito los 60 días de vida, período establecido para considerar que un ejemplar sobrevive.

La importancia de 2012

El año 2012 fue clave en el proceso, con la incorporación de nuevos centros y el aumento de número de ejemplares bajo control del programa. Mientras en el período comprendido entre 2005 y 2011 se emparejaron 104 hembras, la cifra se elevó hasta las 144 entre 2012 y 2017. Después, entre 2012 y 2017 copularon 133 hembras de las que 116 quedaron preñadas  y nacieron 312 cachorros,  con una media por camada de 2,7, y una tasa de supervivencia del 80,4 %. El Programa de Conservación Ex-situ del lince ibérico para la temporada de cría de 2018 ha establecido un total de 23 parejas, igual que los dos últimos años, repartidas en los 5 centros de cría en cautividad adscritos al proyecto y ubicados en España y Portugal. Del total de las parejas, 5 de ellas se han formado en el centro de Zarza de Granadilla (Cáceres); 6 en El Acebuche (Huelva); 1 en el Zoobotánico de Jerez (Cádiz); 6 en La Olivilla (Jaén); y 5 en el centro de Silves (Portugal), según han informado los técnicos del Programa de Conservación Ex-situ a través de las redes sociales.

Minimizar las peleas y evitar atropellos

Los centros de cría trabajan actualmente en la socialización de aquellos ejemplares que se pretende emparejar, con el objetivo que a finales de año estén todas las parejas establecidas, debido a que el celo de estos animales se suele producir durante los meses de enero y febrero, con la bajada fuerte de las temperaturas. La socialización previa de los ejemplares a emparejar es importante antes de realizar su unión, con el objeto de minimizar posibles peleas cuando ambos ejemplares compartan campeo. Queda también pendiente mejorar el riesgo de atropellos que sufre esta especie, accidentes que causaron la mayoría de sus muertes el año pasado.