Nuevo lío a la vista en Podemos y un golpe más de suerte de Pedro Sánchez. El Consejo de Coordinación de Podemos Andalucía ha dejado claro en un comunicado público que no está de acuerdo con que la formación morada entre en el Gobierno de Pedro Sánchez: “Entendemos que no es lo mejor para garantizar nuestros objetivos de transformación social”.

La formación liderada por Teresa Rodríguez, cuyas diferencias orgánicas y políticas con Pablo Iglesias son conocidas y vienen de lejos, apuesta por “una fórmula a la portuguesa, donde las fuerzas hermanas de Podemos tienen un acuerdo programático con el Partido Socialista, pero mantienen su independencia, controlando su acción desde fuera del Gobierno”.

Podemos Andalucía también recuerda en su nota que “en la II Asamblea de Vistalegre II no se abordó la estrategia de cogobiernos con el PSOE, por lo que entendemos que es imprescindible abrir en el seno de nuestra organización a todos los niveles un amplio debate estratégico y programático”.

Dicho debate se concretaría en “plazos para, en un primer momento, presentar documentos que luego puedan debatirse en todos los círculos y órganos para después presentar enmiendas y que finalmente puedan votar las personas inscritas”.

Dicho en términos menos burocráticos, lo que Podemos Andalucía le está diciendo a la dirección nacional es que no tiene derecho a tomar, sin contar con las bases, “decisiones históricas” como la alianza con los socialistas.

El órdago lanzado por Andalucía debilita la posición de Pablo Iglesias y la dirección nacional, que han venido defendiendo la fórmula del Gobierno de coalición, al que, como es sabido, se resiste con todas sus fuerzas el Partido Socialista.

La fisura andaluza en el bloque morado es una baza que favorece las tesis vagamente portuguesas de Sánchez y los suyos. En realidad y en sentido estricto, Ferraz no ha revelado con claridad sus intenciones, más allá de la de querer formar un Gobierno monocolor.