Era previsible. Ni 24 horas ha tardado el Partido Popular en felicitarse públicamente de la propuesta de rebajas y bonificaciones fiscales lanzada el lunes por el secretario general del PP andaluz, Juan Espadas.

Ayer, el flamante secretario general del PP de Andalucía, Antonio Repullo, aplaudía y daba, aunque con cierta sorna, la "bienvenida" a la propuesta socialista, si bien no aclaraba si el Ejecutivo de Juan Manuel Moreno la asumirá. En principio, no es probable que eso suceda teniendo en cuenta que las ayudas fiscales defendidas por Espadas correrían a cuenta de las arcas autonómicas.

Rebajas fiscales

La Proposición no de Ley registrada por el grupo socialista en la Cámara autonómica incluye complementar las bonificaciones al transporte público aprobadas por el Gobierno central; una desgravación autonómica en el IRPF para paliar el incremento de intereses de las hipotecas a familias con rentas menores de hasta 40.000 euros en tributación conjunta y 35.000 individual; una medida de apoyo adicional de 200€, complementaria a la establecida por el Gobierno de España, a las familias más vulnerables andaluzas para compensar la pérdida de poder adquisitivo adicional que se produce en Andalucía; o una ayuda de 300 euros para los autónomos de los sectores más afectados por la crisis energética, compatible con la ayuda de 200€ del Gobierno de España si tuvieran derecho a ellas.

En realidad, Andalucía no es la única federación del Partido Socialista que ha propuesto una batería relativamente ambiciosa de rebajas fiscales. Hace dos días, el president de la Generalitat, Ximo Puig, arrancaba el curso político anunciando "una reforma fiscal adaptada a este tiempo de inflación para ayudar a las clases medias y trabajadoras y que alcanzará tanto a particulares como a empresas y podría afectar al tramo autonómico del IRPF”. La rebaja de Puig, por cierto, no ha entusiasmado a su socios de Compromís y Unides Podem.

El número dos del PP de Andalucía mostró en rueda de prensa su “sorpresa” por la proposición del PSOE de pedir una desgravación del IRPF cuando “los socialistas siempre han votado en contra de todas las bajadas del IRPF”. De hecho, recalcó, “llevamos cuatro años bajando impuestos a los andaluces dentro de nuestras competencias y el PSOE ha votado en contra de todas las bajadas”, y ello a pesar, añadió, de que “nuestras reducciones a los tributos han dejado en manos de los andaluces 540 millones al año”.

Repullo informó de que el Gobierno de Andalucía “trabaja de cara a 2023 en una nueva bajada selectiva de impuestos porque sabemos que esa es la fórmula para poder ayudar a las familias andaluzas”, y entre estas estará la reducción del canon del agua y la deflactación del IRPF, cuestión que “pedimos al Gobierno de Sánchez que nos copie a nivel nacional”.

“Vamos a incrementar las cantidades que quedan exentas en el IRPF en aplicación del mínimo personal y familiar correspondiente al tramo autonómico dirigido, en este caso, a favorecer las rentas de las familias, la natalidad y a las personas con discapacidad”, detalló Repullo.

La crisis energética y el fuerte incremento de la inflación están suponiendo en toda Europa un respaldo de facto a las tesis conservadoras de que donde mejor está el dinero es en el bolsillo de las familias y no en las arcas del Estado.

Ejecutivos progresistas y socialdemócratas del continente conciden en promover rebajas impositivas, aunque también coincidan en incrementar la fiscalidad a las grandes empresas energéticas por los 'beneficios extraordinarios caídos del cielo' que les ha generado el fortísimo incremento del precio del gas. La derecha española, al contrario que sus homólogas europeas, es contraria a gravar tales beneficios.