El ex Defensor del Pueblo Andaluz va a asesorar en políticas sociales durante la campaña electoral a Izquierda Unida, pero también va a hacer lo mismo con Podemos. Esperemos que se pare ahí. ¿Cómo puede asesorarse a dos partidos a la vez y no estar loco? Alguien dirá que al fin y al cabo IU y Podemos son fuerzas con muchos puntos en común y que no es, pues, tan raro que una misma persona aconseje a ambos. Hasta ahí, bien. El problema es que va a asesorarlos durante la misma campaña electoral, donde ambos partidos compiten por un mismo espacio electoral. En esas circunstancias, a Pepe Chamizo Asesores le va a ser muy complicado asesorar bien a uno sin traicionar al otro y viceversa. Un partido busca en campaña asesores en exclusiva para poder hacer propuestas en exclusiva que, naturalmente, no tenga el adversario; si éste, que es con quien tiene que competir, tiene las mismas propuestas que el primero, ¿cómo diablos diferenciarse de él, y más en un asunto tan importante para cualquier partido de izquierdas como las políticas sociales? Y luego, un asunto de orden práctico. Pongamos que Chamizo tiene en mente una estupenda propuesta en políticas sociales, lo cual no sería raro porque es un terreno que conoce muy bien porque toda su vida ha estado comprometido con la gente más necesitada. ¿Qué hace con esa propuesta? ¿A quién se la da? Vale, bien: a los dos. Pero ¿cómo? Y sobre todo, ¿cuándo? Porque debería dársela a los dos exactamente al mismo tiempo, para que ninguno se adelante al otro haciéndola pública y apropiándose de ella. De hecho, eso ya ha ocurrido con el propio fichaje de Chamizo, donde el líder de IU Antonio Maíllo ha sido el más rápido en desenfundar y le 'ha robado la cartera' a Podemos, que por cierto ya era hora de que IU robara algo, porque hasta ayer mismo siempre había sido al revés: Podemos robaba e IU hacía como que no se daba cuenta. En fin, un lío. Cabe temer, en todo caso, que al asesorar doblemente Pepe Chamizo a dos partidos, sus consejos no doblen su valor, sino que más bien se divida por la mitad, de modo que a la postre todo el mundo puede salir perdiendo: IU y Podemos por no saber diferenciarse y Chamizo por no saber que decir que no. Así las cosas y llegado el juicio final, Chamizo iría al cielo como persona pero al infierno como asesor. Mejor que llegado ese día Dios no esté en campaña.