Al igual que el Ejecutivo español y varios autonómicos, el Gobierno andaluz parece haber aprendido la lección del verano y de la Navidad, cuando la relajación de las restricciones favoreció una segunda y luego una tercera ola que ahora comienza a remitir.

En el palacio de San Telmo ya no quieren anticiparse ni adelantarse. Tampoco se complacientes con las reivindicaciones de los sectores económicos más afectados por las restricciones y que no cesan de pedir que se suavicen cuanto antes.

Ayer, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, descartó rotundamente una desescalada rápida: “¿Para qué sirve correr si nos va a frenar en seco la pandemia?”, se preguntó. Así lo expresó en declaraciones a los periodistas tras una visita a las obras de mejora del Hospital de San Juan de la Cruz en Úbeda.

Los errores cometidos por el Ejecutivo desde que tomó el control de la lucha contra la pandemia casi siempre han estado inducidos por la presión de hosteleros, restaurados u operadores turísticos. Se equivocó cuando mantuvo los bares abiertos en Granada pero cerró su universidad o cuando flexibilizó horarios de cierre de la hostelería, y parece determinado a que no vuelva a suceder.

Moreno recalcó que "todos queremos desescalar y recuperar espacios", pero aseguró que "desgraciadamente no se dan las circunstancias todavía" para hacer una desescalada rápida, como "algunos sectores económicos legítimamente piden".

Queda muy lejos el discurso que el Gobierno andaluz esgrimía en el tramo final del primer estado de alarma, en la primavera de 2020, cuando todo eran prisas para que la Moncloa decretara libertad de movimientos y reapertura de la actividad económica.

"Tenemos que ser muy prudentes, seguimos teniendo la variante británica, que cada vez está más presente en Andalucía y que está sustituyendo a la de Wuhan de manera mucho más rápida y sorprendente de lo que parecía que íbamos a tener", dijo.

Andalucía sumó ayer 1.788 casos de coronavirus, 816 más que los registrados en la víspera, pero 1.183 menos que los del miércoles pasado. También contabilizó 77 muertos en las últimas 24 horas, 36 menos que los del martes y 37 menos que hace siete días.

Además, la tasa de incidencia acumulada de Andalucía bajó a 411,2 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, que son 39,9 menos que la contabilizada el martes (451,1) y 261,0 menos que hace siete días (672,2).