La última encuesta publicada por el CIS sobre las elecciones andaluzas ofrece algunos aspectos interesantes, y que sin duda serán tenidos en cuenta por los partidos en campaña. De su lectura se deduce de manera clara que el PP intentará manejar en exclusiva datos de carácter coyuntural y apegados al momento, cuando no al día a día, mientras que el PSOE deberá hacer un esfuerzo por atraer al votante indeciso y por hacer llegar la idea de que tiene capacidad para modificar algunos comportamientos de años anteriores, así como que aún tiene validez un proyecto socialdemócrata para Andalucía.

Esta impresión general la deduzco de datos como que el 32,6% piensa que el PSOE es quien mejor defiende los intereses de Andalucía, mientras que solo lo piensa el 19,5 en relación con el PP; o que el 30,9 entiende que el primero está más capacitado para gobernar, mientras que el 25,9ve en esa situación al segundo. En las diferentes valoraciones de cada uno de los partidos, el PP solo gana en que está más unido.

Una cuestión interesante es que el 6,5 tiene decidido que no irá a votar, pero aún más lo es que de aquellos que piensan votar no tiene decidido su voto el 31,1; pero aún más relevante es el hecho de que la mayor parte de las dudas están relacionadas con el PSOE, puesto que el 49,2 no sabe si elegirá a este partido o a otro, o si votará en blanco, mientras que las dudas en las que participan los populares son del 11,0. Esto significa que casi la mitad de los indecisos tienen como punto de referencia a los socialistas, de ahí que este grupo sea más importante para ellos que para cualquier otro partido concurrente a las elecciones, y que en consecuencia el esfuerzo para atraer a quienes sin duda han sido anteriores votantes deba centrar una buena parte de la campaña.

El PSOE no puede ignorar que existe un descontento con algunos aspectos de su gestión y de su propio funcionamiento interno. Así se deduce del hecho de que manifiesta que lo votaría un 29,6 frente a un 25,3 al PP, o que le exprese su simpatía un 37,2 frente al 20,9, y en consecuencia al 33,6 le gustaría que ganase, frente al 28,3 que prefiere al PP. Esos datos contrastan con que el 57,0 opina que ganará el PP, frente al 28,3 que apuesta por el PSOE, así como con que el 52,3 se manifieste a favor de la necesidad de que haya un cambio en el partido que gobierna. Todo ello a pesar de que si un 40,3 afirma que nunca votaría al PP, el 30,4 lo hace con respecto al PSOE. Otros datos a favor de los socialistas son que el 30,7 prefiere a Griñán, frente a un 29,4 que opta por Arenas. También lo es que el 60,2 de los encuestados se definan como de centro-izquierda, mientras que al PP lo  sitúan de manera mayoritaria en la derecha, y a cierta distancia del espacio de centro. A pesar de estos datos, el CIS realiza unas estimaciones en las que da la mayoría al PP, con el 44,9% de los votos, frente al 37,7 del PSOE.

El resultado del día 25 dependerá tanto de la capacidad de convicción de los socialistas como de la posible ingerencia que a lo largo de la campaña tengan factores externos, en especial los relacionados con el caso judicial de los ERE, porque no parece que la labor del gobierno de Rajoy vaya a suponer un gran desgaste para el PP, sobre cuyas candidaturas me asalta la gran duda de cómo es posible que tengan militantes con tanta capacidad de trabajo como para poder simultanear su actividad en ayuntamientos, diputaciones, parlamento andaluz y cargos internos del partido. ¿Cómo hemos podido vivir tanto tiempo sin contar con estos auténticos superhombres y supermujeres? Supongo que el PP es sabedor de que el personaje de Superman nació durantela Gran Depresiónde los años 30 en Estados Unidos y por tanto quiere que nos sintamos protegidos por quienes podrán, se supone, realizar una labor simultánea en diferentes instituciones gracias a sus superpoderes.

Resulta evidente: con un campeón como Arenas, vuelven los superhéroes.