Las hojas de los árboles ya estaban perdiendo intensidad, y aunque faltaban semanas para que empezaran a caer ya estaban casi listas para la caída, no exactamente apagadas sino apagándose. 'Noches azules', Joan Didion.

No pensaba escribir una carta para terminar el año porque no tenía ninguna razón para hacerlo: no me apetecía escribir, no me apetecía pensar, ni recordar ni poner sobre la mesa qué puntos se deben tratar los últimos días del año. Estoy cansada -otra vez y como todos- y me pesa tanto sobre la espalda que, simplemente, iba a dejar que acabara el año y que empezara otro exactamente igual. 

Hoy se ha muerto Joan Didion, la escritora de El año del pensamiento mágico y Días azules y la escritora que supo plasmar sus memorias como si fueran nuestras.

En septiembre de 2018, varias amigas nos reunimos para abrir una revista enfocada a la cultura, la literatura y el feminismo: creamos un espacio seguro a través de nuestros textos, nuestras ideas, nuestras relaciones y nuestra visión sobre las mujeres. Mi ilusión por tener esa revista no era para dedicarme al periodismo, ni para dar a conocer mi ideología, ni para conseguir un futuro. Mi única razón era escribir y leer y escribir y leer y escribir. Yo solo quería tener una excusa para hablar de mis libros, mis autoras, tener libertad absoluta para desarrollar cualquier tontería o para entender qué acababa de leer. Mi primer texto en aquella revista fue sobre Joan Didion y su instante normal. 

Joan Didion escribió: La vida cambia en un instante. El instante normal.

El texto sobre aquel instante normal se perdió porque la revista acabó cerrando y hoy intento hacer memoria y concentrarme en qué palabras utilicé para hablar de cómo la vida cambia deprisa. "Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba. La cuestión de la autocompasión", así empezaba El año del pensamiento mágico. Procuro acordarme de qué verbos y adjetivos utilicé para hablar de una idea que ni siquiera era mía, pero de la que me he apropiado y a la que recurro frecuentemente cada vez que algo deja de ser como era. 

No sé qué significa la muerte de Joan Didion para mí porque no sé qué puede significar la muerte de una persona a la que no conozco. Aunque sé algo que siempre he sabido y que nunca había pensado: Joan Didion -sin darme cuenta- me dio un estilo, una forma, una composición y la tranquilidad de saber que las personas me podían leer sin que pasara nada. 

Joan Didion y el instante normal era el nombre que le daba título a mi pequeño artículo de 2018 y sé que no solo recurro a él porque Joan Didion se haya muerto, lo hago porque me ha hecho pensar en la revista que ya está perdida y flotando por algún sitio de internet. Pienso en cómo me ayudó a evadirme en una época en la que me estallaba la cabeza todas noches, pienso en cómo me hacía creer que las cosas podían ir mejor y, sobre todo, pienso en que desapareció en ese instante normal y no pudimos hacer nada.