La pantalla de inicio de Splatoon muestra la que podría ser la habitación de un adolescente medio: pósters, un ordenador, ropa de moda, un reproductor de mp3 sobre la cama y música rock de fondo. Esta en apariencia inocente ilustración es toda una declaración de intenciones de Nintendo EAD a la hora de concebir Splatoon. El espíritu de insolencia adolescente que rodea al primer shooter multijugador de Nintendo sirve para catalizar una mecánica jugable desprovista de todos sus referentes canónicos, y que sin embargo funciona perfectamente. Al fin y al cabo… ¿Qué es lo más divertido de una partida entre amigos? En efecto: la mofa. Un claro ejemplo de ello es el fenómeno del Teabag, expresión popularizada por los jugadores de la saga Halo, que ridiculizaban a su oponente situando los genitales de su personaje sobre el cadáver del avatar enemigo. La sofisticada ambientación espacial de la célebre franquicia de Bungie se veía de pronto empañada por millones de jugadores que lo único que buscaban era reírse de su oponente de la forma más cómica posible. Teniendo en cuenta esto… ¿Hasta qué punto es necesaria la violencia o las tramas serias en el género del shooter multijugador? Probablemente esa fue la primera pregunta que la gente de Nintendo EAD tuvo que responder a la hora de dar forma a un juego de disparos consecuente con la centenaria política de Nintendo. En un alarde del ingenio que caracteriza al prolífico estudio interno de Nintendo, consiguieron desnudar el género shooter y coger los dos elementos indispensables para, a partir de ahí, desarrollar su propio título: competición multijugador y cachondeo. Lo cierto es que el experimento no les ha podido salir mejor. El universo de Splatoon está poblado por seres marinos antropomórficos vestidos a la última moda urbana. Los personajes controlables por el jugador son los Inklings, calamares coloridos con la capacidad de cambiar su forma a placer y adoptar la apariencia de chicos adolescentes. En su forma marina, los Inklings son capaces de nadar a toda velocidad por pintura de su mismo color, mientras que les daña las de otro tono. Estas sencillas características sientan las bases jugables de Splatoon: batallas de equipos de cuatro contra cuatro cuyo principal objetivo es cubrir de pintura de pintura la mayor parte del escenario. Esta premisa, aparentemente simple, se ve enriquecida por una gran variedad de armas que pueden cambiar por completo el curso de la partida dependiendo del uso que se le dé. Por su parte, los escenarios del juego, aunque muy escasos por el momento, están diseñados con bastante mimo e inteligencia, cargados de rincones y estupendas localizaciones en las que enfrentarnos al equipo oponente. La personalización de nuestro Inkling es uno de los factores que más potencian la experiencia de juego de Splatoon. Cuanto más nivel tengamos y más dinero ganemos en el modo multijugador, más armas y accesorios podremos comprar en las diversas tiendas que el título pone a nuestra disposición. Las gorras, zapatillas, camisetas y demás atavíos no solo mejoran la apariencia del avatar, también potencian sus características de combate. El estupendo gusto con el que Nintendo EAD ha diseñado los complementos con los que vestir a los Inklings es digno de mención, y ayuda al jugador a sentirse parte de la irreverente comunidad de Inklings que pueblan los circuitos de nuestras Wii U. En cuanto al modo campaña para un jugador, resulta gratamente sorprendente lo trabajado que está teniendo en cuenta que este tipo de opciones son secundarias en los shooters multijugador clásicos. A través de este modo, el jugador podrá conseguir un buen puñado de nuevas armas mientras entrena de cara a los exigentes combates multijuador. Estos, por cierto, pueden disputarse de forma amistosa o competitiva, adaptándose al nivel que cada jugador tenga en un determinado momento. Cabe destacar, por cierto, lo bien que funciona el juego a través de Internet en Splatoon, teniendo en cuenta que el servicio online de Nintendo es totalmente gratuito. En el momento de su anuncio, Splatoon levantó muchas suspicacias ante su apariencia colorida e infantil, pero es importante que su apartado artístico (sensacional, en mi opinión) no despiste al jugador más maduro: la mecánica de pintar para ganar es sencilla en su concepto, pero profundamente estratégica una vez nos enfrentamos a equipos enemigos de mayor nivel. Un título con el que Nintendo ha sabido demostrar al mundo que si se lo proponen son capaces de llevar cualquier género a su terreno y hacerlo suyo. Juvenil, insolente, moderno y tremendamente divertido: Splatoon ha llegado para quedarse.   [cita alineacion="izquierda" ancho="50%"]Splatoon[/cita] portada (1)   Plataforma probada: Wii U Desarrollador: Nintendo EAD Distribuidor: Nintendo