La voz cantante de las negociaciones sobre el futuro de la Junta no la están llevado los líderes nominales del PP y Ciudadanos en Andalucía, Juanma Moreno y Juan Marín, sino directamente los presidentes nacionales de ambos partidos, Pablo Casado y Albert Rivera, que en sus conversaciones con los periodistas ni siquiera se toman muchas molestias en disimularlo.

En realidad, la naturaleza vicaria de los liderazgos de Moreno y Marín nunca ha merecido reproche ni de los cuadros y afiliados de PP y Ciudadanos, ni tampoco de los votantes de una y otra formación.

"Está hecho"

Fuentes del PP con información de primera mano sobre las negociaciones aseguran a EL PLURAL que “el acuerdo está hecho” y que los mimbres principales del mismo son estos: Juanma Moreno, presidente de la Junta; Juan Marín, vicepresidente; la diputada de Ciudadanos Marta Bosquet, presidenta del Parlamento; y reparto entre los dos partidos de las consejerías del Gobierno andaluz.

Aunque la dirección naranja sigue diciendo públicamente que aspiran a presidir la Junta con los votos del PP y la abstención del PSOE, nadie da credibilidad a dicha opción. Como tampoco se le da a la planteada por los socialistas de conservar ellos la Presidencia de la Junta con el apoyo de Cs y la abstención de Adelante Andalucía.

¿Qué hacer con VOX?

El único escollo, en ningún caso insalvable, del pacto de Cs y el PP es VOX. Ambas formaciones, pero sobre todo Cs, preferirían no tener que contar con los votos del partido ultraderechista, pero ello será poco menos que imposible: PP y Cs suman 47 diputados, mientras que PSOE y Adelante Andalucía suman 50, de modo que la única manera de impedir que la izquierda bloquee la investidura de Moreno como presidente es que los 12 diputados de VOX la voten.

Se desconoce qué pediría el partido de Santiago Abascal a cambio de su apoyo, aunque ya ha avanzado que ellos se conforman con echar al PSOE de la Junta: no quieren, aseguran, "cargos ni sillones".

¿Macron o Salvini?

Por su parte, Cs intentará arrancarle al PSOE una abstención que este no piensa darle, echando así a los naranjas en manos de la ultraderecha, cuya participación en el pacto no incomoda al PP pero sí a Cs. Los socialistas no desperdiciarán ninguna ocasión de recordárselo.

Ayer mismo, la presidenta en funciones, Susana Díaz, retaba a Rivera a desvelar si quiere ser como el presidente francés, Emmanuele Macron, o, por el contrario, pretende imitar al vicepresidente italiano y líder de la Liga Norte, Matteo Salvini. También advertía la líder socialista a PP y Cs de que si quieren gobernar su comunidad tendrán que tener a VOX como "colaborador activo" porque van a necesitarlo en todas la votaciones del Parlamento autonómico.

La ‘opción Borgen’

La hoy por hoy improbable ‘opción Borgen’ –que presida la Junta Cs pese a haber quedado tercero– solo sería viable si el PSOE votara a favor de Marín y Adelante Andalucía se abstuviera, ya que a socialistas y naranjas les falta un diputado para alcanzar los 55 de la mayoría absoluta.

Un escaño más de cualquiera de los dos partidos el 2-D habría situado a Ciudadanos en la posición privilegiada de poder pactar hacia su derecha o hacia su izquierda, aunque tampoco en ese caso el PSOE se habría mostrado muy proclive a una ‘operación Borgen’ que experimentados dirigentes socialistas consideran de alto riesgo.

La Mesa

En cuanto a la Mesa del Parlamento, la mayoría de sus siete miembros será sin ninguna duda conservadora, es decir, que el presidente –seguramente presidenta– y tres miembros pertenecerán con toda seguridad a PP y Cs y quizás también a VOX.

Desde luego, si VOX exige un puesto en la Mesa lo tendrá, aunque hacer depender la mayoría de la institución de un partido tan potencialmente extravagante como VOX entrañaría no pocos riesgos para PP y Cs. Amarrada la mayoría conserrvadora, los tres restantes miembros de la Mesa serían dos del PSOE y uno de Adelante, aunque todo ello está aún por determinar.