Los vaivenes del PP y Ciudadanos respecto a Vox no permiten aclarar aún cuál será la aritmética política para conformar la Junta de Andalucía. Pablo Casado y Albert Rivera han pasado de abrir las puertas a Santiago Abascal a cerrárselas en las narices para terminar dejándola entreabierta. Este jueves, el líder del PP, en una conversación informal con periodistas, afirmó que su “interlocutor es Ciudadanos”.

“La negociación es con Ciudadanos”, insistió Casado, que de cierta manera dejó entrever su confianza en que Vox se abstenga y haga posible la investidura del candidato popular Juan Manuel Moreno, tras un posible pacto del PP con Ciudadanos. Si el partido ultraderechista no lo hiciera, añadió el líder popular, tendría “mucho que explicar” a sus votantes, porque eso llevaría a unas nuevas elecciones, favorables a Susana Díaz.

Casado ofreció a Abascal un papel "activo"

El martes pasado, en una entrevista en RNE, Pablo Casado instó a Vox a decidir si quería tener un rol “pasivo o activo” en el Gobierno andaluz, dejando abierta la puerta a una posible negociación y a ceder consejerías a la extrema derecha.

En octubre, el presidente del PP había pedido a VOX, en clave nacional, "concentrar y optimizar esfuerzos" para que el PP sea la "fuerza hegemónica" del centro-derecha y pueda conseguir una mayoría suficiente con la que "echar" a Pedro Sánchez del Gobierno. Casado reconoció que tenía “una excelente relación con Santiago Abascal y sobre las personas que llenaron el Palacio de Vistalegre en un acto de Vox añadió que “tienen mi respeto y compartimos muchas ideas y muchos principios. Otros no".

Casado pidió a Abascal “concentrar esfuerzos y optimizarlos” porque “cuando tengamos los resultados que necesitamos y sean buenos para España, entonces podremos hablar de la refundación del centro-derecha".

El acuerdo “global” de PP y Cs

Pablo Casado y Albert Rivera buscarán un acuerdo, que el líder del PP ha calificado de “global”, a partir de los 47 escaños que suman los dos partidos, por el que se repartirían el equipo de Gobierno y la Mesa del Parlamento. El problema radica en la presidencia de la Junta, a la que aspiran ambos.

Albert Rivera, por su parte, no desea un acuerdo en el que se incluya a Vox porque esto sería muy difícil de explicar a un electorado al que se ha intentado durante años de convencer de su centralidad moderada y progresía. Sin embargo, el presidente de Ciudadanos se ha cuidado mucho en calificar de extrema derecha a la formación de Santiago Abascal y no ha descartado de manera tajante un pacto a tres.

Rivera no descarta "todos los escenarios"

El miércoles, en rueda de prensa tras la reunión de su comité ejecutiva nacional, Rivera afirmó que sería irresponsable “ponerse a descartar todos los escenarios”, al referirse a posibles pactos en Andalucía y a Vox.

“La Ejecutiva de Ciudadanos ha decidido abrir negociaciones para un nuevo gobierno en Andalucía con exigencias claras: que sea un gobierno de cambio, que al frente esté un partido limpio con capacidad de diálogo y que lidere una opción que crece en votos”, señaló Rivera.

El líder de Ciudadanos tiene también complicado un acuerdo con la ultraderecha de cara a un sector interno, en el que habría que situar a su candidato a la Alcaldía de Barcelona, el exprimer ministro francés Manuel Valls, quien pidió “sentido de Estado y sentido común” porque “no podemos jugar ni con Vox, ni con el nacionalismo, ni con el populismo”.