El alcalde de Torremolinos es un veterano del PP malagueño, con poder en el partido y miembro del ala más dura. Su forma de expresarse y sus comportamientos partidistas han generado numerosas polémicas. Pedro Fernández Montes tiene muy poco respeto por el protocolo y utiliza en beneficio político no pocos actos institucionales. La oposición también ha sufrido sus iras déspotas y en ocasiones han tenido que abandonar los plenos municipales si no es que han sido expulsados por el polémico regidor.



Un alcalde agotado
Tal vez se halle en sus horas más bajas, protagonizando un fin de ciclo conservador en Torremolinos y siendo muy cuestionado tras casi 20 años ininterrumpidos como alcalde. Por todo ello y por la veintena de años al frente del Ayuntamiento, Fernández Montes da muestras de cansancio político y de pocos reflejos. Quien fuera elegido en 1970 Consejero Local del Movimiento por Málaga y ejerce de alcalde desde 1995 tuvo esta semana una de sus intervenciones más lamentables de las que se le conocen y eso que no está falto de desagradables e inoportunas declaraciones.

"Los discapacitados en sus casas, como un estorbo”
Se desarrollaba el pleno del Ayuntamiento discutiéndose por la subida del precio de un ascensor público que sirve para acceder a la playa de El Bajondillo. El alcalde alardeaba de la iniciativa de crear la Asociación de Minusválidos Físicos de Torremolinos -empresa que gestiona dicho ascensor- fue suya. Al mismo tiempo y fiel a su costumbre aprovechaba para criticar a la oposición afirmando que la izquierda “piensa que tiene la patente de lo social”. A continuación surgía  la polémica manifestando que él mismo había impulsado la creación de una empresa “para que los discapacitados que estaban en sus casas, que eran como un estorbo y no podían salir a la calle por estar acomplejados y con depresiones, encontrasen un medio de vida”.

Un edil pide rectificación y el alcalde lo expulsa
Ante tamaña y despreciativa barbaridad pronunciada por Fernández Montes, el concejal socialista Jesús Díaz pidió al alcalde que rectificara sus palabras y en un tono muy dolido le exigió que retirase la mención de “estorbo, porque no lo son”. El alcalde no retiró lo dicho y solo matizó que había dicho “que podrían serlo”. El concejal socialista continuó protestando por lo que entendía que seguía siendo una ofensa para los discapacitados y sus familias y el alcalde lejos de calmar la situación acabó expulsándolo del pleno. En solidaridad con su compañero y también como protesta por la actitud dictatorial del alcalde el resto de concejales socialistas abandonaron el salón de actos (ver vídeo).