Aunque lo negativo vende informativamente más que lo positivo y las malas noticias se difunden a más velocidad que las positivas, los periodistas tenemos que ir abriendo espacios para un periodismo constructivo, que aporte soluciones y valore los avances que se producen en la transición ecológica, que es la principal meta que tenemos como sociedad en el horizonte 2030-2050.

En esta línea, las empresas están cumpliendo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030, aunque muchas solo lo publicitan en los envases de sus productos. Un ejemplo de lo que comento es el caso de la explotación agraria y la factoría que una conocida marca de zumos y refrescos tiene en la localidad de Villanueva de los Castillejos, en la comarca onubense del Andévalo.

Una finca de 250 hectáreas provee de naranjas y mandarinas casi de kilómetro cero a una factoría con cero residuos porque transforma la cáscara de la naranja en comida para animales, aceites esenciales y perfume. Cero emisiones contaminantes porque con sus árboles reducen las emisiones de CO2 equivalentes a un millón de coches durante un día y cero consumo neto de agua porque reutilizan el 100% del agua para el riego de la plantación de naranjos. En sus envases de zumos una cuarta parte de su superficie la ocupa la información sobre el cumplimiento de su compromiso con el entorno y el planeta: el 61% de su envasado es de orígen vegetal con un 53% menos de emisiones de CO2. 

Los consumidores no podemos limitarnos ya a una simple comparativa de precios, tenemos que utilizar el poder de compra de una manera responsable y ecológica para valorar una serie de parámetros que hasta ahora se nos ocultaban. Si las empresas hacen sus deberes, los ciudadanos deben, también, hacer los suyos y dedicar más tiempo a una compra  reflexiva e inteligente.

El caso descrito no es único, afortunadamente, y la mayoría de las empresas agroalimentarias ofrecen ya una información muy detallada de su cumplimiento medioambiental y de la trazabilidad de su producción. Las firmas que van con retraso en la transición a una economía descarbonizada y circular pueden fijarse en las buenas prácticas de las que se han comprometido más y lo cuentan, porque hay algunas que no comunican ni lo que hacen bien.