De aldea en aldea, el viento lo lleva siguiendo el sendero. Su patria es el mundo. Como un vagabundo va el titiritero. Vienen de muy lejos, cruzando los viejos caminos de piedra.

Es de aquella raza que de plaza en plaza nos canta su pena.: ¡titiritero, allez hop! de feria en feria, siempre risueño canta sus sueños y sus miserias...

Y al caer la noche en el viejo coche guardará los chismes. Y tal como vino sigue su camino solitario y triste. Y quizá mañana, por esa ventana que muestra el sendero nos llegue su queja mientras que se aleja el titiritero”.

Así cantaba Joan Manuel Serrat en su mítica canción “El Tirititero” del su cuarto, álbum, “La Paloma”, el primero en castellano, editado en 1969.  Cincuenta y un añoa años después se vuelve a hablar de los tirititeros, en algún caso de manera denigrante e injusta. Como en la letra de “noi del Poble Sec” hoy “nos llega su queja mientras que se aleja el titiritero”.

Caravanas y camiones en el recinto ferial

Al Circo Berlín Zircus, a pesar de estar acostumbrados  a vivir como artistas nómadas en sitios y zonas distintas, el confinamiento y el decreto de estado de alarma les ha cogido de sorpresa. Les vino el decreto en la localidad axárquica de Vélez-Málaga, concretamente en el recinto ferial. Ahí se pueden ver, semanas después los camiones, caravanas y toda la compleja infraestructura que conlleva un gran circo. Allí, atrapados por la amenaza del coronavirus permanecen como en una especie de acuartelamiento forzado sus 16 componentes integrados en cuatro familias confinadas en sus caravanas. Entre ellas, dos mayores de 73 y 85 años y tres menores de edad.

El circo llegó unos días antes del 27 de febrero a Vélez-Málaga. Desde ese día y hasta  el 8 de marzo actuaron en una explanada de esta localidad. Cuando se disponían a desmontar para montar y actuar en otro lugar a unos 20 kilómetros de ahí, en Torrox, se dictó el estado de alarma los que le obligó a quedarse y así continuarán,  en el Recinto Ferial de Vélez-Málaga, hasta el fin de la alerta.

Sin ingresos y solo con gastos

Confinados en la explanada y sin ingresos porque un circo parado genera solo gasto diario, personas conocedoras de la situación hicieron un llamamiento para colaborar urgentemente con las familias del circo con la aportación de alimentos frescos. El primero en responder fue el Banco de Alimentos Municipal del Ayuntamiento veleño aportándoles comida no perecedera. En total se les ha entregado 42 kilos de espaguetis, 42 kilos de arroz, 60 botes de tomate frito, 36 kilos de garbanzos, 72 de fruta, 140 paquetes de galletas, más de 160 batidos de chocolate, 24 botellas de aceite, 252 latas de atún, 36 latas de magro, 36 kilos de verduras y 50 litros de leche, tal como explicábamos en el día de ayer.

En la petición destacaba que se les hiciera llegar ayuda pero en forma de alimentos. No pidieron dinero, solo comida para poder mantener esta situación que podría alargarse “mientras no podemos reanudar nuestra gira y seguir haciendo lo que sabemos y más nos gusta, repartir sonrisas y llevas a los rincones de Andalucía la magia del Circo”.

Una oleada de ayuda solidaria

Pero como la cadena humana de solidaridad está siendo ejemplar en España, los vecinos de Vélez-Málaga no podían ser menos. La respuesta ha sido una masiva entrega de ayuda en forma de comida solicitada hasta un punto en el que desde las personas responsables de la petición han tenido que comunicar que ya están sobradamente abastecidos. Y es que fueron muchas las personas, además de la ayuda municipal, las que se volcaron ante la necesidad. Otro ejemplo de humanidad del pueblo español.

Agradecimiento del circo

El circo ha expresado en Facebook, su profundo agradecimiento al Ayuntamiento y a las personas que les han donado alimentos y a los que querían hacerlo destacando que "están bien cubiertos durante un tiempo". Por lo que han hecho un "llamamiento a la calma” ya que ha sido "muy buena y rápida la respuesta de la gente de Vélez-Málaga y alrededores", Destacan además que no quieren más ayuda porque son "conscientes de que mucha gente se encuentra en una delicada situación".

Una economía de guerra

El circo, como tantos otros,  une a la actual situación de cuarentena que les impide lógicamente actuar y generar ingresos, la arrastrada por una crisis general en el mundo circense más otra circunstancial que afectó a sus  instalaciones con todo lo que supuso casi comenzar de cero. Sus ingresos proceden exclusivamente de sus funciones y no perciben ayuda ni subvención alguna. A ello se suma que en cada ciudad necesitan una inversión previa para pagar impuestos, publicidad, combustible para los vehículos y vivir al día.