No es el primer alcalde que lo intenta, pero donde otros fracasaron antes José María González ‘Kichi’ espera triunfar. El plan es cobrarle a la Iglesia de Cádiz, una de las diócesis más saneadas por su nivel de ingresos, el Impuesto de Bienes Inmuebles precisamente de las propiedades que “no estén destinadas al culto ni a la enseñanza como pueden ser inmuebles, locales y garajes que no estén directamente relacionadas con la práctica religiosa”.

La justificación del equipo de gobierno que dirige el regidor morado es que se trata de una medida dirigida a “implicar a la Iglesia en el esfuerzo descomunal” que está haciendo al sociedad gaditana para frenar la cirisis económica y sanitaria del coronavirus.

La de cobrar el IBI a la Iglesia sería, así, una más de las “medidas económicas puestas en marcha por el Ayuntamiento gaditano para que el estado de alarma decretado por el Gobierno central repercuta sobre la ciudadanía lo menos posible”. El Ayuntamiento calcula que podría recaudar hasta 300.000 euros si la Iglesia paga el IBI no religioso, cuyas facturas le serán remitidas por el Consistorio.

“Entendemos que todos los sectores de la sociedad deben arrimar el hombro”, afirma el alcalde, que recuerda que “desde las administraciones estamos haciendo un sobreesfuerzo en forma de actuaciones extraordinarias y medidas económicas de apoyo a la ciudadanía y las pymes y, sobre todo en el caso del Ayuntamiento, a los colectivos más vulnerables que serán los grandes damnificados de esta crisis”.