La estrella de la tarde en el arranque del XVI Congreso del Partido Popular de Andalucía ha sido sin duda Isabel Díaz Ayuso. Al anfitrión Juan Manuel Moreno le costó acallar los aplausos a la presidenta madrileña antes incluso de presentarla tras las intervenciones de los presidentes de Ceuta, Murcia y Castilla y León. Cerró el turno de intervinientes en la Mesa de presidentes autonómicos el gallego Alberto Núñez Feijóo.

Díaz Ayuso fue quien arrancó los aplausos más numerosos y prolongados de los congresistas. El momento con más morbo político de su discurso fue cuando dijo que quería darle a Juan Manuel Moreno este “consejo,” que muchos interpretaron como un recado al presidente nacional del PP Pablo Casado, con quien está enfrentada:

“Los presidentes autonómicos tenemos, como sabéis, la prerrogativa de convocar elecciones; pues bien, Juanma, yo te pido que vueles libre y que tomes tus propias decisiones, sé que cuando convoques a los andaluces a las urnas sabrán que lo has hecho por el bien de todos”.

No acababa ahí el consejo de Ayuso, pero tuvo que esperar a que cesaran los aplausos que había desatado con sus palabras. “Aquí –remató la faena– quien se desgasta es quien se comporta como una marioneta y no tiene un rumbo propio y claro”.

El resto de su intervención fue en clave española, no madrileña. “Del socialismo se sale”, comenzó diciendo, para a a continuación acusarlo de “haber creado una escuela de dependencia y colectivismo”.

Entre aquellos a quienes el socialismo quiere “colectivizar”, Ayuso citó a las mujeres y a los ciudadanos a quienes solo sabe repartir “miseria, dependencia y pobreza”. Para la presidenta madrileña, “en España no hay nadie al volante, al presidente solo le interesa el poder, apoyándose en quienes quieren destruir España”.

El formato de reunir a varios mandatarios autonómicos del Partido Popular da buenos réditos propagandísticos, aunque siempre existe el riesgo de excederse en los elogios al anfitrión. Quien llevó los piropos al borde mismo del impudor fue el murciano Fernando López Miras, de quien, por cierto, sus compañeros celebraron su alto grado de conocimiento de la noche de Granada, algo de lo que también Miras presumió ante el plenario del congreso que reelegirá por abrumadora mayoría a Moreno como presidente del PP andaluz.

El presidente de Ceuta le hizo un masaje más que apreciable a Moreno, aunque su talento para la adulación estuvo muy por debajo del noctámbulo López Miras, que informó a la parroquia popular que antes de llegar Moreno al poder todos los andaluces con los que se encontraba no hacían más que lamentarse de cómo estaba la comunidad: listas de espera, impuestos, malos hospitales, restricciones a la libertad educativa, paro… Ahora, en cambio, todos le dicen a Miras que a ver si es capaz en Murcia de emular unas políticas de Moreno que el presidente murciano resumió así: “Juanma, os estáis saliendo”.

Antes de ceder la palabra al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, Moreno Bonilla dio la bienvenida al congreso a un invitado muy especial: el cantante José Manuel Soto, que se levantó brevemente para saludar al respetable entre aplausos más bien tímidos, conscientes tal vez quienes aplaudían de que las simpatías políticas de Soto están más con Vox que con el PP.

Mañueco estuvo más contenido en sus elogios. Centró más su intervención en ‘hablar de su libro’, detallando las políticas que viene desarrollando en su comunidad, pero sin olvidar los reproches al Gobierno central por desatender a la unidad de España, la Constitución del 78 o las necesidades de agricultores, ganadores, trabajadores del metal, alumnos aplicados, padres que quieren elegir centro escolar para sus hijos…

El discurso más convincente y de mayor solidez política corrió a cargo del presidente gallego Alberto Núñez Feijóo, que no se mostró especialmente indulgente con el Gobierno de España, más bien todo lo contrario, pero que alertó del riesgo de división en el país y se mostró convencido de que muchos votantes socialistas están descontentos con Sánchez aunque lo sigan votando.

Feijóo dijo que no estaban alli para piropearse unos a otros, pero no fue fiel a su precepto. "Juanma yo no es propiedad del PP de Andalucía, ni siqueira del PP de España, Juanma es patrimonio de Andalucía".