Mahmoud Bakhum tenía 43 años, era originario de Senegal y el pasado domingo fue perseguido por agentes de la Policía Local de Sevilla para, al final, arrojarse al río y morir ahogado. Mahmoud era un vendedor ambulante que estaba trabajando en la avenida de la Constitución. Este lugar se encuentra más de un kilómetro del sitio desde donde se tiró al río después tras huir de un dispositivo de la Policía Local. Es decir, Mahmoud en su angustiosa carrera recorrió más de un kilómetro desde el lugar donde estaba vendiendo camisetas deportivas hasta el sitio exacto donde perdió la vida tras el "seguimiento" de los agentes municipales.
Este hecho y su fatal desenlace, ha creado polémica, controversia y entre las comunidades de inmigrantes y colectivos solidarios, un fuerte malestar por no decir posiciones que cuestionan la acción policial y la municipal del Ayuntamiento sevillano gobernado por el Partido Popular. Este malestar se evidenció pocas horas después del fallecimiento del inmigrante senegalés con protestas frente a la jefatura de la Policía Local, cercanas al barrio de Los Pajaritos.
Fuentes de la policía municipal hispalense informaron que los agentes no persiguieron al senegalés, sino que lo que hicieron fue un “seguimiento” para que no se volviese a instalar la manta con la venta de camisetas. Tras la huida, en una zona muy cercana al Muelle de las Delicias, Mahmoud Bakhum se quedó agarrado al pretil de dicho muelle y finalmente se ahogó. El peso del hatillo con las camisetas -pues en ningún momento se desprendió de este- hizo que hundiera rápidamente en el río. Tras arrojarse algunos policías al río, no pudo ser localizado, siendo, posteriormente, los buzos de los bomberos, quienes hallaran su cuerpo que no reaccionó a las maniobras de reanimación practicadas.
“Mahmoud Bakhum tenía 43 años, era originario de Senegal y si el pasado domingo no hubiera sido perseguido por agentes de la Policía Local de Sevilla hoy aún seguiría con vida”. Así comienza la nota de prensa de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA). Este colectivo ha criticado duramente en un comunicado el fallecimiento del inmigrante senegalés y las circunstancias y contexto en el que se produjo. Cree que la única razón de la muerte de Mahmoud fue intentar ganarse la vida dignamente como vendedor ambulante y exige “el fin de las redadas y la persecución al colectivo de manteros y vendedores ambulantes”. Al mismo tiempo, denuncia que la “criminalización institucional de la pobreza se está cobrando vidas humanas”. En este sentido, la entidad andaluza recuerda que “la primera medida que tomó José Luis Sanz tras asumir el cargo de alcalde, y a pesar de los graves problemas que padece la ciudad de Sevilla, fue implementar un plan contra la venta ambulante, dirigido específicamente contra los colectivos más vulnerables que, con esta práctica, intentan sobrevivir ante la falta de oportunidades”.
Una muerte evitable
Entiende APDHA que “la muerte de Mahmoud era completamente evitable” y, por ello, exige “una investigación independiente y el esclarecimiento de todas las circunstancias que rodean su dramático fallecimiento”. La asociación explica que “Sevilla es la ciudad del Estado español con los barrios más pobres y con importantes bolsas de exclusión social”, por lo que "criminalizar la venta ambulante, que es una de las prácticas a las que recurren en muchas ocasiones las personas más desfavorecidas, supone un ataque directo contra los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad". Las personas de origen extranjero, además, son uno de los colectivos que más frecuentemente se ven obligados a recurrir a la venta ambulante ante la imposibilidad de acceder a otros trabajos como consecuencia de la aplicación de la Ley de Extranjería.
José Luis Sanz, es el "esponsable político" último de la muerte
Pro Derechos Humanos de Andalucía señala que “independientemente de la responsabilidad penal que pudiera recaer, llegado el caso, sobre quienes que participaron en la persecución, es evidente que el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, es el responsable político último de la muerte de Mahmoud”. La entidad recuerda que ya en 2018, en Madrid, una persona de origen africano y que también se dedicaba a la venta ambulante murió al sufrir un infarto cardíaco tras una larga persecución policial.