La comunidad estudiantil de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) ha convocado una manifestación para este miércoles 20 de marzo a las 12:15 en la Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación. Esta acción responde a lo que consideran una tendencia autoritaria y represiva por parte del Vicerrectorado, tras la implementación de un nuevo protocolo que regula la actividad asociativa estudiantil.

En concreto, la Asamblea de Estudiantes de la UC3M, que agrupa a la mayoría de las asociaciones universitarias, ha sido la encargada de organizar la protesta. Las asociaciones implicadas han expresado su rechazo a lo que califican de medidas "altamente represivas", que han tenido un impacto directo en sus actividades. Entre las acciones denunciadas se encuentra la expulsión de varias asociaciones de su despacho en la universidad y la apertura de expedientes disciplinarios a estudiantes por ejercer su derecho a la protesta.

Los estudiantes denuncian el nuevo Protocolo de Comunicación de la universidad que impide la utilización de cualquier referencia a la UC3M en las redes sociales por parte de su alumnado sino es bajo unos estrictos parámetros de supervisión y autorización por parte de la institución, además de imponer a las asociaciones estudiantiles pedir un permiso previo para realizar cualquier acto, pudiendo llegar a ilegalizar las organizaciones o agrupaciones de estudiantes si la universidad lo "encuentra necesario". Entre las nuevas medidas, también se incluye la prohibición específica de alegar que la Universidad Carlos III "patrocina o financia" cualquier cosa. El alumnado tampoco puede poner carteles, ya que según señalan varios miembros de la Asamblea de Estudiantes, la seguridad de la universidad los retira inmediatamente.

Es un claro acto de censura que busca impedir la autoorganización de las estudiantes

Miembros de las asociaciones afirman que estas medidas son parte de un esfuerzo sistemático del Vicerrectorado de Asociaciones para confrontar a la Asamblea, utilizando la intimidación y la censura como herramientas. Lola Cayuela, miembro de la Asamblea, ha declarado que estas acciones constituyen un claro acto de censura que busca impedir la autoorganización estudiantil: “Es un claro acto de censura que busca impedir la autoorganización de las estudiantes”. En este sentido, Cayuela ha exigido al Vicerrectorado que ponga fin a su actitud hostil y a su comunicación intimidatoria.

"Nos han quitado todos los medios que teníamos para realizar nuestra labor asociativa", denuncia Beatriz Payo, miembro de la Asamblea de Estudiantes. La joven también critica que la universidad haya "cortado todos los lazos para poder negociar" con su propio alumnado. Otro miembro de su agrupación, Daniel Maire-Richard ha señalado para ElPlural.com que el nuevo protocolo implantado se trata de una arista más de "una ola represiva muy fuerte con el objetivo de desarticular el movimiento estudiantil en la universidad”. En esta misma línea, Richard insta a acudir a la manifestación convocada este miércoles para "concienciar a la gente de que la coartación de libertad puede afectar a todo el estudiantado". Por su parte, Beatriz Payo reivindica el poco espacio del que disfrutan las alumnas en entorno universitario. "Nos llama la atención que la universidad no sea un espacio para las alumnas, que somo las que la construimos", denuncia la estudiante.

El conflicto se intensificó cuando, el pasado 29 de febrero, el despacho asignado a los colectivos universitarios fue cerrado sin previo aviso durante la clausura de las II Jornadas de la Asamblea. Estudiantes afectados reportan que la Vicerrectora ordenó cambiar la cerradura, lo que resultó en la incautación de material y la obstrucción de actividades ya programadas, privando así a las asociaciones de un espacio vital para su organización. Kike Bendito, también miembro de la Asamblea, ha hecho hincapié en esta cuestión. "No hemos recibido más que amenazas y una comunicación muy intimidatoria por parte de la Vicerrectora de asociaciones", ha declarado el estudiante. Este incidente es solo uno de varios ocurridos durante el año académico que, según los estudiantes, establecen un sistema de censura efectiva. El alumnado destaca que se le ha intentado echar de aulas que estaban vacías en las que realizaban actos como cine-forums, según explica Bendito. También denuncian "el acoso del personal de seguridad", que en más de una ocasión ha intentado impedir a los estudiantes el paso a aulas o los propios pasillos donde se reúnen las asociaciones.

La representante de la Asamblea subraya que los estudiantes tienen el derecho a ser críticos y no están obligados a alinearse con la postura oficial de la universidad. Además, denuncia la represión ejercida sobre dos estudiantes que se manifestaron contra una conferencia que percibían como transfóbica, evidenciando la tensión existente entre la administración universitaria y el cuerpo estudiantil. “Los estudiantes somos críticos y no tenemos por qué pensar ni defender lo mismo que la Universidad”, alega Cayuela.

Por todo ello, la Asamblea de Estudiantes ha realizado un manifiesto llamado "Ni censura ni represión, fuera empresas de la educación", dónde denuncian estas medidas "coercitivas y arbitrarias" hacia el tejido asociativo de la universidad. En el texto, los estudiantes movilizados critican la gran cantidad de espacios de los que disponen las empresas privadas en la universidad con respecto de las asociaciones estudiantiles o cualquier tipo de agrupación política. "Nos indigna que empresas como El Corte Inglés o el Banco Santander tengan muchísimos más espacios para llevar a cabo actividades de lucro y las asociaciones tengamos la libertad de expresión y de acción muy mermada", señala Kike Bendito. En el manifiesto firmado por la Asamblea se denuncian también la "agravante pérdida de autonomía universitaria" junto con los derechos políticos del estudiantado.

ACLARACIÓN REMITIDA A ELPLURAL.COM 

Desde la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) queremos señalar que no se ha implantado ningún protocolo nuevo sobre actividad asociativa, sino que se han refundido las reglas sobre comunicación y difusión para aclarar el modo de proceder si quieren anunciar sus actividades a través de los canales de la Universidad. Se trata de proteger el uso de la marca “UC3M” para que no se realice un uso irresponsable que pueda perjudicar a la institución. 

Con respecto a la Asamblea de Estudiantes de la UC3M, queremos precisar que este colectivo se ha apropiado de un concepto representativo que atenta contra la representación legítima del estudiantado (art. 117 a 119 de los estatutos de la Universidad). Además, se atribuye el nombre de la UC3M sin autorización y sin legitimidad de ningún tipo. En cuanto a que “el colectivo integra la mayor parte de las asociaciones”, precisar que integra a 6 asociaciones universitarias de las más de 70 que hay actualmente en la UC3M. 

Por otra parte, en relación a las “medidas represivas”, el colectivo ha incumplido sus obligaciones de manera reincidente y ha incurrido en eventuales ilícitos conforme a la normativa universitaria. Sin embargo, la UC3M ha omitido la opción de sancionar; no ha impedido la celebración de actividades y la difusión de información; y se ha abierto la vía del diálogo sin que hayan aceptado ninguna de las numerosas indicaciones, como se podría corroborar en mensajes a través del correo electrónico que lo atestiguan.

Sobre la expulsión, aclarar que lo que se ha procedido es a la suspensión temporal del uso del despacho por incumplimiento de las reglas de uso. En las juntas directivas de las asociaciones que le habían sido asignadas firmaron una declaración responsable. Han ocupado el despacho junto a personas ajenas a la comunidad universitaria durante dos días para celebrar unas jornadas que incluía una fiesta, en lugar de reservar espacios como está recogido que se tiene que hacer. Entre los incumplimientos está también el haber hecho copias de las llaves del despacho, que no está permitido. Cuando terminaron sus jornadas a las 21:30h (los días 27 y 28 de febrero) se procedió al cambio de bombín de la puerta y se les comunicó la suspensión temporal, que se hizo efectiva el lunes 4 de marzo. Ese día, y acompañados por el personal de conserjería, entraron al despacho a recoger y retirar sus objetivos personales. 

En esta línea, el día 6 de marzo difundieron por las marquesinas un evento en esa misma aula y el vicerrectorado, en colaboración con el decanato, les habilitó excepcionalmente un aula cerca del despacho para que pudieran reconducir a su público. Existen varios mensajes de correo entre varios servicios que autoriza y permite el uso del aula asignada.

Por último, en relación a la “charla que consideraban tránsfoba”, no hubo represión alguna. No existe el derecho al insulto ni a llevar a cabo acciones de coacción, como sucedió en esa charla realizada en mayo de 2023. 

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