El Ayuntamiento de Madrid cerró 2022 con un déficit de 236 millones de euros, siendo así la primera vez desde 2011 que el consistorio madrileño presenta números rojos. Además de sorprender por suponer un gran impacto negativo en las cuentas anuales de la ciudad de Madrid, lo hace al tener en cuenta el superávit de 4.599 millones que dejó Manuela Carmena en su legislatura como regidora, entre 2015 y 2019.

Ahora, el alcalde popular que aspira a revalidar su cargo en las elecciones del próximo 28 de mayo, ha presentado un Plan Financiero a Medio y Largo Plazo que contempla un recorte de inversiones del 25% para el ejercicio de 2024 y del 38% para 2025, respecto a 2023. Esto, unido al “cálculo mágico” para este 2023 que, después de haber fallado en 310 millones respecto a las previsiones de 2022, contempla un aumento de 433,4 millones en concepto de ingresos.

Entre otras cuestiones, en esta previsión de Almeida de incrementar los ingresos llama la atención el de aumentarlos en 29 millones de euros por multas de circulación. Y tampoco descarta el establecimiento de otras medidas fiscales si la situación económica así lo exigiese o, en todo caso, para garantizar el cumplimiento de la normativa de estabilidad. De esta forma, ya prevé que no habrá más bajadas de impuestos.

Al respecto hay que tener en cuenta que las bajadas del IBI de 2020 y 2021 le costaron al Ayuntamiento de Madrid cien millones de euros y que ahora le van a faltar, cuanto menos, para inversiones. Pero es que con esta reducción drástica de inversiones que prevé Martínez-Almeida para 2024 y su continuación en 2025 se retorna a los tiempos de Ana Botella.

Y es que, además, este Plan Financiero a Medio y Largo Plazo de Martínez-Almeida tampoco prevé inversiones estratégicas, que serían financiables con fondos europeos, como la autonomía eléctrica o la eficiencia fiscal.

El rechazo de Más Madrid

Las políticas y medidas fiscales del alcalde madrileño han generado un gran rechazo en Más Madrid, que han criticado contundentemente este plan y han propuesto una serie de medidas que sí sacarían las cuentas del consistorio de los números rojos. Miguel Montejo, concejal de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid, expone en declaraciones a ElPlural.com que en su formación se plantean “una revisión completa de estas previsiones por unas donde el gasto sea dirigido a inversión”.

La ciudad exige retorno del capital público que invierte, con el objetivo de garantizar que se llega allí donde debe llegar el ayuntamiento. Entre las medidas para mejorar esta eficiencia figuran la revisión de las concesiones administrativas que han ido mermando los ingresos del Ayuntamiento, como la cesión de los aparcamientos públicos rentables, los servicios públicos mal gestionados durante este mandato que han resultado ruinosos, como Calle 30 o EMT, y también la mejora completa del funcionamiento de la Agencia Tributaria de Madrid, empantanada en la actualidad en la ya conocida instalación temeraria y negligente del nuevo sistema informático”, relata Montejo.

Primeras cuentas negativas en once años

Fue la pasada semana cuando el Ayuntamiento de Madrid confirmó, tras la Junta de Gobierno en la que se presentaban las cuentas del año 2022, que había gastado 236 millones de euros más de lo que había ingresado. Se trata del primer déficit en once años, aunque dese el equipo de Almeida lo han calificado como una “situación puntual”, al asegurar, según expresó la portavoz municipal, Inmaculada Sanz, que la “situación de solvencia y estabilidad de las cuentas está absolutamente garantizada”.

En este sentido, el consistorio liderado por Martínez-Almeida atribuía estas pérdidas a los 186 millones de euros que ha tenido que devolver a lo largo del año por la sentencia de los cobros indebidos achacados a las plusvalías y a “la imputación del déficit por parte del Gobierno de España en un solo año”.

Pero es que estas cuentas rojas no se tratan de una situación aislada, sino que son fruto de una secuencia. El superávit ha ido menguando cada año en la legislatura de Almeida de forma ininterrumpida hasta llegar en este último año de mandato a los números rojos. Y, además, contrastan con los constantes anuncios de rebajas de impuestos por parte del alcalde popular y los problemas en el cobro del IBI durante los últimos meses, que se extendieron hasta al menos inicios de febrero.

En 2019, el consistorio madrileño ya cerró con un superávit de 546 millones de euros, frente a los 1.072 millones de euros del último año entero de alcaldía de Carmena (2018). La cifra ya se redujo más notablemente en 2020, hasta llegar a los 224,9 millones, y en 2021 a los 70,7 millones.