El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, blinda los pisos turísticos en plena burbuja. El regidor está dispuesto a dar amparo a estos inmuebles que tienden a despertar el recelo de los vecinos de las ciudades y se muestra en claro descuerdo con su homólogo de Barcelona, Jaume Collboni, después de que éste anunciara la prohibición de las licencias de dichas viviendas. Esto se traducirá en la eliminación en la Ciudad Condal de 10.000 pisos turísticos en cuatro años.
Durante el debate del estado de la ciudad de esta semana, Almeida dejaba claro que no su equipo no iba a adoptar la medida de la capital catalana en esta materia y acusaba al alcalde socialista de promover la “turismofobia”. De esta manera, aunque el regidor de Cibeles aseguraba compartir con el regidor catalán “y otros tantos alcaldes” la “preocupación” por los pisos de uso turístico, descarta prohibirlos dado que, acentúa, implicaría “prohibir una realidad económica” que se da en las grandes urbes.
En estas, Almeida diferenciaba “las viviendas en bloque de uso exclusivo para uso turístico” y las que se sitúan en “comunidades de propietarios” con las “molestias e incomodidades” que esto conlleva. Sobre ello, añadía que Madrid “no iba a caer en el discurso de la turismofobia” y que los inmuebles suponen ahora el 30% del turismo en la ciudad. “¿Cómo vamos a suplir esa falta de ingresos y rendimiento económico?”, preguntaba a la oposición, destacando que él “no piensa renunciar a esos ingresos”.
De igual forma, el alcalde destacaba haber sancionado una vivienda de uso turístico, algo que desde la izquierda se tomaban con sorna pidiendo “un aplauso” por su gestión. “Sabe que FRAVM, en ausencia de su trabajo y de sus dejaciones ha tenido que hacer una denuncia de 10.134 pisos turísticos”, recordaba.
Las medidas que por el momento ha tomado el Ejecutivo local contra lo que para muchos supone una lacra pasan por parar la concesión de nuevas licencias o elevar las multas a los cerca de 15.000 pisos -siempre según cálculos municipales- que se están saltando la ley. Sobre esto, el alcalde ha anunciado la primera multa de 60.000 euros contra una VUT ilegal que ha continuado llevando a cabo su actividad a pesar de la orden de cese decretada desde el área de Urbanismo.
En el mismo orden, destacó la publicación del primer mapa de Viviendas de Uso Turístico pensado para que los ciudadanos puedan saber si el inmueble de estas características que tienen cerca dispone o no de licencia y así que los vecinos “puedan denunciar” en el caso de encontrarse con un piso ilegal.
En una entrevista concedida a Telemadrid, el regidor de Cibeles consideró que estas medidas pueden no derivar automáticamente en que las VUT pasen a ser alojamientos de larga duración, considerando que la actual Ley de Vivienda “ha expulsado a los arrendadores”. Así las cosas, aunque es consciente de que los pisos turísticos están influyendo en el precio disparado de la vivienda, considera que su porcentaje “no es significativo” y mantiene que es “la falta de oferta” lo que “afecta principalmente al precio”.
Collboni actúa contra los pisos turísticos
El alcalde de Barcelona se comprometía la semana pasada a erradicar por completo los pisos turísticos de la ciudad con el objetivo de no renovar en 2028 ninguna de las 10.101 licencias que existen a día de hoy en el territorio. La conclusión: ir “a fondo para que estas viviendas se conviertan en residenciales”.
Collboni defendía que la medida respondía a la creciente dificultad de acceder a una vivienda en la actualidad en Barcelona, donde la oferta es escasa y los precios de alquiler, como sucede en Madrid, se sitúan por encima de los 1.100 euros al mes de media. El alcalde progresista, que cumple un año en el cargo, insiste así en que su meta pasa porque “la figura del piso turístico” deje de existir en la ciudad catalana.
El anuncio que se cierne sobre las viviendas de uso turístico va ligado a un decreto de la Generalitat que insta a los Ayuntamientos catalanes a redactar, en un plazo de cinco años desde diciembre de 2023, un plan urbanístico que determine cuántos pisos turísticos acepta tener cada municipio. En el caso de Barcelona, la ciudad dejó de aceptar licencias en 2014, cuando la oferta se situó en 9.600, aunque a posteriori han sido solicitadas varias centenas en momentos de vacío legal, pendientes de aprobación.
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