El debate que alguien se encargó de vender como “histórico” se quedó en agua de borrajas. Es verdad que los expertos aseguran que en una campaña electoral poco o nada cambia en las cabezas de los votantes, pero no es menos cierto que una situación como esta, con cuatro (o tres, según la encuesta que se observe) aspirantes con posibilidades, cualquier gesto, palabra o arruga en el vestido, traje o pantalón vaquero, está más que calculada.

De manera que lo de “histórico” del debate de 'Atresmedia' está en cuarentena. En primer lugar porque faltaba, quizás, el más importante de los contendientes; el que tiene que defender su gestión, la cabeza visible del austeriticio y de los recortes, el de los mensajes a “Luis el Cabrón”. Mariano Rajoy prefirió Doñana, eso sí, conociendo al pontevedrés, casi con toda seguridad siguió el acontecimiento.

La segunda razón que lleva a pensar que lo de histórico le viene grande al debate llega con una repaso rápido a los diferentes periódicos. En ELPLURAL.COM se llama la atención acerca de la posición incómoda de Soraya Sáenz de Santamaría, la “candidata a lo que sea”, como la tildó Iglesias. La sustituta de Rajoy es la peor valorada en la mayoría de los sondeos y en las columnas de opinión.

Y es que estaba pero no estaba o, como indica Íñigo Domínguez en 'El País', “dio siempre la sensación de estar ahí haciendo lo que podía, no lo que debía, porque no debía estar allí”. En algunos momentos, desde el sofá de casa, uno se preguntaba ¿Dónde está la Soraya del globo o del baile? Pero no, su nerviosismo patente desde el principio no le abandonó en toda la contienda.

 

En general, todos los medios dan como 'ganador' a Pablo Iglesias, que lo tenía todo estudiado y fue el único que en el minuto final lo clavó, con frase marketiniana incluida. En el lado contrario estaría la representante del PP. En prácticamente todos los medios sale perdedora. Hay excepciones ¿Cuáles? En efecto, 'La Razón' y 'ABC'.

En el periódico de Marhuenda lo tienen claro -en realidad lo tenían claro desde las 6 de la tarde-. La mejor fue Soraya Sáenz de Santamaría y el argumento perfecto para explicarlo está en el titular que hoy lleva el periódico: “Soraya exhibe economía frente al ataque del tripartito por la corrupción”. En la crónica, Carmen Morodo, que la define como “la representante de Rajoy”, dice que “optó como arma por la experiencia”, algo que la mayoría de analistas echaron en falta, recordando sus rifirrafes en el Congreso con la oposición.

 

Mención aparte merece el diario 'ABC'. Por lo menos en la edición digital, y a esta hora, ninguna referencia al debate, ni una sola foto. Suponemos que es cuestión de grupos de comunicación. Buscando, buscando aparece en su sección de blogs un artículo de Hughes. Bajo el título de 'Paliza a seis manos' el autor subraya la “incapacidad” del candidato socialista, que es el verdadero protagonista de su columna.

Alguna referencia a Ciudadanos, otras (menos, claro) a Podemos y... sorprendentemente no hay ni una sola mención a las intervenciones 'serias' de la “representante de Rajoy”; de las menciones a cosas banales o para dar de soslayo otro sopapo a Sánchez, cinco ¿No es la candidata, perdón, la representante preferida para ABC y viceversa? ¿Será que también para el diario conservador ha salido perdedora pero duele decirlo? Preguntas al aire.

'El Mundo' sí que dedica tiempo y espacio al debate. Anoche, su director David Jiménez, ya dejó clara en el especial de 'La Sexta' cuál era la postura del periódico. Venció Iglesias, le siguió Rivera y los 'veteranos' Sánchez y Sáenz de Santamaría no estuvieron a la altura, en particular el primero. Todo bajo el titular: “El empuje de los 'emergentes' deja viva a Santamaría pero tocado a Sánchez”. Ya se sabe de qué pie cojea cada uno.

Cuestión aparte son los digitales. En muchos de ellos se habla de un vencedor, Pablo Iglesias, y una perdedora, la vicepresidenta del Gobierno. La posición en internet es más favorable a los candidatos de Podemos, PSOE y Ciudadanos por este orden.

En definitiva, el debate “histórico” que nos vendieron no fue tal, aunque tampoco soporífero, como lo describe algún columnista de 'Libertad Digital'. Al fin y al cabo qué pedimos si el presidente del Gobierno y aspirante a la reelección miró los toros desde la barrera de Doñana, comiendo unas palomitas... ¡Y menos mal que no había fútbol que si no, ni lo ve!