El portavoz de Ecologistas en Acción en Córdoba, Juan Escribano,  ha anunciado que su asociación va a convocar a las  organizaciones políticas, ecologistas y sociales cordobesas que  integran la Asamblea Antinuclear de Córdoba, heredera de la que hace  ya más de 25 años fue la Coordinadora contra el Cementerio Nuclear  de El Cabril. El objetivo en esta ocasión no solo será la oposición  genérica a dicha instalación de almacenamiento de residuos  radiactivos que gestiona Enresa en el Norte de la provincia, sino a  su prevista ampliación.


Medidas a adoptar
Escribano ha explicado que en el  seno de la Asamblea Antinuclear, de la que forman parte CIC-Batá,  Ecologistas en Acción Córdoba, Equo e Izquierda Unida, entre otras  organizaciones, se acordarán las medidas a adoptar "contra este paso  cuantitativo" que representa la intención de la Empresa Nacional de  Residuos Radiactivos (Enresa) de doblar la capacidad de  almacenamiento de El Cabril, que además supone "una apuesta política  clara en favor de las grandes compañías eléctricas, en cuyos consejos  están José María Aznar, Felipe González o Elena Salgado, entre  otros".

Fukushima como referencia del peligro
Hasta ahora, según ha subrayado Escribano, se argumentaba por  quienes defienden la energía nuclear y justifican su consecuencia  inmediata, los residuos radiactivos, que "el cementerio nuclear de El  Cabril no supone un riesgo para el medio ambiente o la población, a  pesar de estar ubicado en una zona de alto riesgo sísmico, pero  ahora, tras lo ocurrido en Fukushima, es mucho más difícil mantener  esa afirmación", sobre todo, según ha recordado el portavoz  ecologista, "cuando los residuos de media actividad tienen miles de  años de vida".

En beneficio y en interés de  unos pocos
Por eso no se entiende, según ha señalado el portavoz de  Ecologistas en Acción, que se mantenga y promueva por el Estado la  energía nuclear, pues, "no saben qué hacer con los residuos  radiactivos que se producen y, sin embargo, se siguen produciendo,  por eso pretenden ampliar El Cabril, para beneficio y en interés de  unos pocos, actuando desde la premisa de que en Córdoba se han  acostumbrado a ese peligro, mientras que los responsables políticos  de la zona lo único que hacen es pedir más dinero" por tener allí la  instalación.

Una barbaridad de convenio
En este sentido y en relación con la pretensión de la alcaldesa de  Hornachuelos, María del Carmen Murillo, de suscribir con  Enresa un convenio socioeconómico a raíz de la ampliación de El  Cabril, Escribano entiende que eso supone "una barbaridad, pues no  hay dinero que pueda compensar un accidente nuclear, sobre todo  cuando la alcaldesa no está poniendo en riesgo únicamente la salud de  sus electores, sino de muchísimas más personas", en cientos de  kilómetros alrededor de El Cabril y "durante varias generaciones".