La Audiencia Nacional ha concedido el permiso penitenciario para salir de la cárcel a la etarra Idoia López Riaño, conocida como La Tigresa, después de varios rechazos del juez de vigilancia penitenciaria. Con el visto bueno de la Fiscalía, se han autorizado seis salidas de prisión, donde lleva desde 2001 cuando fue extraditada de Francia.

López es exmiembro del sanguinario comando Madrid de la banda terrorista y fue condenada a más de 2000 años de cárcel por 23 asesinatos. Según ha publicado el diario El País, La Tigresa ya tuvo un permiso penitenciario recientemente para sacarse el carnet de conducir y se ha tenido que comprobar que en la localidad guipuzcoana de Rentería, donde va a realizar los próximos, no se encuentre residiendo ninguna víctima directa de sus atentados.

Proceso complicado

La petición de la etarra de estos permisos ha tenido un largo recorrido, ya que el juez de la Audiencia Nacional, José Luis de Castro, se opuso en primera instancia a ellos porque entendía que López no admitía todos los hechos por los que se le había condenado.

Tras enviar al juzgado diversos documentos aceptando la culpa de todos los asesinatos y arrepintiéndose de ellos, se ha decidido aprobar los permisos, pero antes había que verificar que el municipio donde los iba a cumplir no tuviese como vecino ninguna de sus víctimas, algo que llevó su tiempo, con la queja desestimada de López Riaño al Consejo General del Poder Judicial.

Arrepentida

Idoia López Riaño fue una de las etarras que firmó la conocida como vía Nanclares, llevada a cabo por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, en la que se desmarcaba de ETA. En el mismo también se pedía perdón a las víctimas, colaborar con la justicia y hacer frente a las indemnizaciones por sus atentados. Tras esto, la banda terrorista la expulsó, con el resto de firmantes, calificándolos de “marginados”.

La Tigresa fue una de las terroristas que participó en el atentado de la plaza de la República Dominicana en Madrid, donde murieron 12 guardias civiles y, con 23 asesinatos a su espalda, es considerada una de las etarras más sanguinarias.