No es el resultado de un macrosondeo internacional, sino de una valoración a simple vista de lo que ha ocurrido en sus respectivos países en los últimos días. Y no, en la lista no aparece Rajoy. No porque no tenga sus defectos, que los tiene, sino porque sus pecados como gobernante son de diferente índole.

Entre los cinco elegidos también resulta difícil determinar cuál es el peor, porque no hay datos comparativos y porque solo en un caso, el de Trump, hay encuestas recientes de popularidad. Pero todos tienen algo en común, el hecho constatable de estar poniendo en grave riesgo las vidas de miles o incluso millones de personas. Gente normal que vivía mejor antes de que ellos llegasen al poder y que, si pudieran votar de nuevo (excepto en Corea del Norte donde no existe esa posibilidad), lo más probable es que no les eligieran a ellos.