En la década de los años 60 del pasado siglo, el ministro franquista y fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, se inventó el slogan “Spain is different” para atraer al turismo europeo a las playas españolas. Sin embargo, aunque ha llovido lo suyo desde que las suecas descubrieron al macho ibérico regado de “Varon Dandy”, lo cierto es que seguimos marcando diferencias con el resto de Europa, como es el caso de la acumulación de cargos de María Dolores de Cospedal, sin parangón en España ni en el resto de nuestro entorno democrático. De ahí que el partido de la gaviota, desde el pasado 10 de febrero partido del charrán, haya decidido declarar a su también ministra de Defensa “bien de interés general”, como así la ha catalogado el flamante coordinador de Génova 13, Fernando Martínez-Maillo, en un intento de justificar la prevaricación de los estatutos de la formación conservadora que prohíben en una misma persona la concentración desaforada de cargos, como es el caso de Cospedal.

“Una excepción de interés general”…

Y es que en el caso que nos ocupa la acumulación de cargos es, según el coordinador general del PP, “una excepción de interés general para el partido”. Así lo ha dicho en la Cadena Ser, un día después de que la “secretaria florero”  anunciara su candidatura a la reelección como presidenta del PP en Castilla-La Mancha. Si sale elegida, que todo apunta en esa dirección, la lideresa ostentará cuatro cargos: ministra de Defensa, diputada por Toledo, secretaria general del PP y presidenta de este partido en Castilla-La Mancha, a pesar de que los estatutos recién aprobados en el XVIII congreso del partido recogen la incompatibilidad de la presidencia regional y un escaño en el Congreso. Sin embargo, según Maillo, se contempla“un sistema de excepción en función del interés general porque en algunos lugares se considera que la persona más adecuada, como ha pasado en Castilla-La Mancha, es Cospedal y, por lo tanto, se establece ese régimen de incompatibilidad que tendrá que determinarse, como es lógico, a través de los órganos del partido". 

…pero “no la regla general”

En fin, que Martínez-Maillo (al ser nombrado coordinador del PP ha dimitido como alcalde de la localidad zamorana de Casasecas de las Chanas, “porque ahora se me hace prácticamente imposible compatibilizarlo”) ha venido a decir que la excepción confirma la regla, máxime si esa anomalía se llama Cospedal. “Todo el mundo está de acuerdo de que ésta es una excepción y no la regla general”. Además ha añadido que “nosotros presentamos a los mejores en cada sitio y no a los peores y, por tanto, si en un sitio determinado parece lógico que podamos presentar a una persona que al mismo tiempo se presenta a otra cargo público, porque es así, y es la mejor para el Partido Popular y consigue los mejores resultados...pues hombre, no nos vamos a pegar un tiro en el pié”. ¿Se ha pegado el PP zamorano un tiro en el pie al admitir la dimisión de Maillo? ¿O es que el coordinador no era “lo mejor para el PP?

Cospedal no se fía de su número dos

Aunque Maillo ha negado la evidencia y ha rechazado las dudas de Pepa Bueno cuando le ha preguntado si la “excepción” de Cospedal era porque no había banquillo en Castilla-La Mancha, lo cierto es que la ministra de Defensa, además de no querer perder el poder de un territorio con dirigentes subsidiados y dependientes de sus favores económicos (colocación de los suyos en puestos muy bien remunerados) y políticos, ha dado a entender que en las tierras de Don Quijote no hay nadie, hoy por hoy, capaz de llevar las riendas del partido y de recuperar la presidencia del Gobierno castellano-manchego que, curiosamente, ella perdió por méritos propios. Es decir, Cospedal no se fía de su número dos, Vicente Tirado, el hombre que ha llevado el partido ante las prolongadas ausencias de la que hoy quiere revalidar la presidencia regional del PP, y que ha visto cómo sus aspiraciones se desvanecían ante las ansias de poder de la secretaria general, a la que el 47,1% de los militantes no la quiere en más de un cargo, según la votación, “pucherazo” para otros, de la llamada enmienda “anti-Cospedal”.