Acabo de escuchar esta mañana de viernes una amplia entrevista de la SER a Pablo Iglesias. Chapeau para el inmaculado líder de Podemos porque no es un personaje común sino un auténtico doctor en el manejo del sofisma, habilidad que muchos esgrimen pero nadie llega a la maestría que él demuestra en cualquier circunstancia dialéctica.

El sofisma no es más que una mentira con apariencia de verdadRicardo García Damborenea tiene un fantástico estudio sobre falacias y sofismas (http://www.metro.inter.edu/debate/Diccionario%20de%20Falacias%20-%20Garcia%20Damborenea.pdf) en el que analiza cientos de ellos pero que, hoy en día, queda incompleto sin la inclusión de las valiosas aportaciones de Iglesias. 
En realidad, la depurada destreza  de ese emperador de micrófonos y cámaras consiste en fabricar una mentira con la mayor dosis de verdad y solo unas gotas de falsedad, únicamente las imprescindibles para corromper la veracidad. Algo así como decir, con su tono de Papa hablando “ex cátedra”: “Pues mire usted, permítame que le diga que yo he estado en muchos gimnasios, y allí he visto que una parte no menospreciable de los usuarios son gente que padece de sobrepeso; incluso algunos – he podido comprobarlo personalmente – son obesos en distinto grado. Por tanto, es de sentido común pensar, como lo haría cualquier ciudadano de la calle, que la gimnasia engorda…”
En cada uno de sus nobles planteamientos me ha costado encontrar una frase que no tuviera esa dosis homeopática del veneno de la mentira que el oyente se traga sin darse cuenta y, mientras aplaude al gran orador, se pregunta qué le habrá sentado mal en la comida porque empieza a dolerle el estómago.
En una demostración de ingenio, Iglesias se ha permitido incluso reñir al entrevistador por considerar que le ha formulado alguna pregunta capciosa que le recordaba las de los presentadores de 13TV.

En cuanto a los contenidos de la entrevista, nada nuevo: coincide con el PP que toda la responsabilidad recae sobre Pedro Sánchez y el PSOE, que tienen un lío que no se aclaran. El veneno de hoy iba de eso.