Vamos a ver si lo tenemos claro: estamos ante una crisis política sin precedentes en España. Simplificando: no hay manera aritmética de componer una mayoría gubernamental para gobernar España. Eso es así. Y ahora podemos (debemos) hablar de qué creemos (tú y yo) qué deben ceder unos y otros partidos. Oye, igual crees que lo bueno son otras elecciones y entonces no digo más.

La responsabilidad de los líderes políticos es exactamente proporcional al número de diputados del partido por el que han sido elegidos en el Congreso. Quiere eso decir que el mayor responsable de que no haya Gobierno, es Rajoy; que el segundo responsable es Pedro Sánchez; que el tercer torpe para pactar es Pablo Iglesias y que el cuarto se llama Albert Rivera. Hay otros (lo sabéis de sobra) que pueden entrar en el terreno de las pillerías, pero no de lo fundamental. Pero claro que los pillos constitucionales son tan respetables como los primeros actores.

Todos tenemos que mojarnos: los líderes políticos, los que opinamos, tú y yo. El Rey, también.

Y luego está el Rey. Vamos a ver: tenemos por primera vez un Rey plenamente democrático. Podemos admirar o no al Rey D. Juan Carlos, pero ha sido una de las piezas complejas para conseguir la democracia. Digo complejas (con admiración) y no digo más. En su hijo ya no hay nada complejo: puede demostrar qué significa el Rey en la democracia funcional de España. Y le está costando.

La Constitución dice que “el Rey arbitra y modera el funcionamiento de las instituciones”. El diccionario de la RAE dice: “arbitrar”, “resolver de manera pacífica un conflicto entre partes”. El diccionario de la RAE dice: “moderar”, “templar, ajustar, arreglar algo evitando el exceso”. Moderador: “persona que preside o dirige un debate, asamblea, mesa redonda etc.”

Lo digo a lo bestia para que no haya dudas: hay mucha gente que se la está cogiendo con papel de fumar para evitar que el Rey juegue algún papel en esta crisis. Un error histórico.

Os lo digo con sinceridad: todos los que “protegen” al Rey está ayudando a la República. El Rey de esta España nueva y democrática tiene un papel arbitral y moderador que tiene que ensayar. No hay precedentes de un Rey plenamente democrático.

Lo voy a decir más claro: si tuviéramos un Presidente de la República hoy ¿estaríamos tan atentos a la letra pequeñísima o estaríamos pidiéndole que se mojase para conseguir Gobierno en España? Tú me dirás.

Todos tenemos que mojarnos: los líderes políticos, los que opinamos, tú y yo. El Rey, también.