En estos tiempos de regalos para el o la amada y con los propósitos de la olvidada Navidad aún presentes (por poco tiempo), se mezcla el smartphone nuevo para el novio o la novia, con la intención de no estar 'tan enganchados'. Esas buenas intenciones, a medida que transcurren las semanas del año recién estrenado, se desvanecen y a estas altura, con la fechas señaladas casi en el olvido, se precisa un recordatorio importante en el caso del uso del móvil.

El whatsapp al volante es habitual cuando el semáforo está en rojo. Foto: P.L.



Porque no se puede negar: el teléfono inteligente se ha convertido en un complemento personal imprescindible. Otorgarle esa importancia conlleva situaciones peligrosas para la salud y el bolsillo. Cuántos de vosotros, lectores, tan pronto llegáis a un semáforo en rojo dedicáis esos segundos a comprobar las actualizaciones de Facebook o Twitter o quién de los doscientos chats de WhatsApp en los que estás incluido ha enviado el último mensaje.

Multa al canto
Esa simple acción, si es vista por un agente, es susceptible de ser sancionada. Si a eso unimos que en las ciudades se sigue hablando por teléfono tras comprobar que no hay un municipal al acecho, entonces a la multa de rigor sumamos el riesgo para los demás.

Sin embargo, la solución puede llegar a través de la tecnología. Las últimas investigaciones que se realizan giran en torno a crear semáforos que 'detecten' si alguien está con las manos en la masa, es decir, con los dedos (y la mirada) en el móvil. Sin duda, uno de los sectores que más se beneficia e invierte en el desarrollo de las nuevas tecnologías es el del automóvil, y este es un nuevo ejemplo.

Ya en práctica
En realidad, estos sistemas están en funcionamiento en Sussex, condado del sur del Reino Unido. Se basan en el 'VAS (Vehicle Activated Sign)' y es el mismo que se utiliza, grosso modo, en algunas señales luminosas que indican al conductor que va a una velocidad superior a la permitida.

En concreto, el objetivo de Sussex Safer Roads Partnership, que es el organismo que lo instala y financia, y del que se ha hecho eco Silicon Angle, es controlar e impedir el uso de teléfonos móviles mientras se conduce.

Malos datos
Al margen de lo que ya se sabe de los peligros de unir smartphone y conducción y de las fuertes multas que recaen sobre quienes deciden hacer caso omiso a la ley -también en España- las últimas encuestas conocidas demuestran que aquellos que conducen reconocen en un alto porcentaje que siguen utilizando el móvil a la vez, bien para hablar, bien para comprobar mensajes.

Intención educativa
Todavía no se ha puesto en marcha el sistema pero los avances de la empresa local Thermotor, analizan el mejor lugar para su implantación y se encuentran en plena fase de desarrollo del producto. Desde el propio Ayuntamiento de la localidad británica se informa de que el propósito en principio es educativo, sin que en un primer momento no haya intención alguna de multar o sancionar a los conductores.

Sin duda, si el sistema se instala y funciona, se convertirá en uno de los avances de los últimos años en materia de seguridad vial y la mejor arma para luchar contra quienes, a pesar de las advertencias, multas y muertes en carretera, están dispuestos a contestar al último mensaje de WhatsApp.