El expresidente de la Diputación de Castelló y quien fuera uno de los hombres fuertes del PP valenciano, Carlos Fabra, cumple este martes un año en prisión por cuatro delitos fiscales por los que deberá cumplir un total de tres años de cárcel.

Fabra, que se encuentra en el centro penitenciario de Aranjuez, en Madrid, fue condenado por haber defraudado 700.000 euros a Hacienda en los ejercicios fiscales de 1999 a 2003; también fue condenada su entonces esposa, María Amparo Fernández, aunque ésta no tuvo que ingresar en prisión.

A casa por Navidad...
Fabra consiguió a mediados de octubre su primer permiso de salida y aspira al tercer grado penitenciario con el que podría disfrutar de un régimen de semilibertad con 48 días de permisos. En una última fase, podría optar a la libertad condicional y dormir fuera de la cárcel, aunque vigilado. En las próximas fiestas navideñas, el exdirigente popular podría salir de nuevo a la calle, según el diario Las Provincias.

Imputado por varios cargos durante años
Carlos Fabra estuvo imputado por varias causas, entre otras por prevaricación y cohecho, durante años en su etapa como presidente de la Diputación de Castelló y cuando era uno de los máximos dirigentes del PP valenciano. El polémico político se libró de esos cargos porque algunos testigos se retractaron de sus acusaciones y porque varios de los presuntos delitos prescribieron.

"Ciudadano y político ejemplar"
Fabra tuvo el apoyo de Mariano Rajoy hasta el último momento y a pesar de sus problemas con la Justicia; lo mismo que hizo el líder del PP con otros implicados en corrupción, como el extesorero Luis Bárcenas, la exministra de Sanidad Ana Mato o el expresidente de Baleares Jaume Matas, a quien Rajoy puso como ejemplo de buen hacer en la política. Por cierto, lo mismo hizo con Carlos Fabra, a quien describió como “un ciudadano y un político ejemplar”.

El privilegio de las visitas asiduas de su hija
Fabra cumple un año en la prisión de Aranjuez, Madrid, donde residen algunos de sus hijos. El exdirigente popular tiene algún que otro privilegio, según desveló Voz Pópuli. Su hija Andrea Fabra, polémica entre otras cosas, por aquel “que se jodan” que dedicó en el Congreso de los Diputados a los parados, se las ha ingeniado para visitar a su padre cuando quiere y con privilegios que se niegan a otros presos.

La estratagema de Andrea
Andrea Fabra, licenciada en Derecho aunque sin ejercer, en noviembre de 2014, a cinco días para que su padre ingresara en la cárcel, registró en el Colegio de Abogados de Castellón una solicitud para figurar como abogada en activo, y en diciembre pasado solicitó al Congreso de los Diputados permiso para compatibilizar su escaño con su actividad como abogada.