Las lealtades en política duran lo que duran los días días de vino y rosas. Mientras Mariano Rajoy ha mantenido las expectativas de voto, los dirigentes del PP andaluz le han sido fieles al líder. Tras el batacazo electoral de los populares en las autonómicas andaluzas con Moreno al frente del cartel, del líder máximo solo salieron palabras de elogio, apoyo y respaldo al candidato andaluz.

Rajoy, generoso en la derrota de Moreno
El dedo que lo impuso desde Génova 13 no señaló a Moreno como parte del problema y del fracaso. Ahora, con un mapa de municipalismo popular en Andalucía diezmado y con pérdidas de poder local y provincial de tremendas dimensiones, Moreno no se mira a la cara como diría el presidente de Castilla y León, simo que se gira y otea el rostro compugido e imagen de derrota de su padre político, Mariano Rajoy.

Críticas de Moreno al partido pero sin mirarse el rostro
Que desde el PP andaluz se reconozca que su formación ha perdido “frescura”, que hay que dar pasos hacia un partido “más moderno y mucho más abierto” y que se apele a la necesidad de un cambio de caras -salvo la del propio Moreno, claro-, es un gesto muy sintomático del drama interno que corroe a los populares de norte a sur y de este a oeste. Mucho más si se entiende en clave nacional las las palabras de Moreno en el sentido de que los partidos  tienen que estar en “constante evolución” y “si no hacemos cambios, serán los ciudadanos los que decidan cambiar su voto”. Lleva razón el presidente del PP-A en la necesidad de cambios pero parece contradictorio en la formación regional que antes con Arenas, y ahora con Moreno Bonilla, han actuado como aventajados alumnos especialistas en ser voceros de las políticas de Mariano Rajoy y de la gestión de Génova 13.

Cambiar a todos menos a mí
Además la autocrítica de Moreno Bonilla y la decisión de cambiar caras en el PP andaluz es de corto alcance e interesada ¿O es que alguien entiende que ante el cambio de dirigentes no sea Moreno el primero que pida su sustitución como han hecho cinco dirigentes del PP en otras comunidades? ¿Cree Moreno que la peli no va con él? ¿Piensa que otro líder, nuevo, sin ataduras al PP nacional ni a Rajoy es lo que realmente necesita el partido en Andalucía? ¿Cree Moreno Bonilla que para los andaluces él no significa el rostro del fracaso y del continuismo obstruccionista? Dos elecciones, dos, y dos fracasos encadenados, dos, contemplan la gestión nefasta de Moreno Bonilla.

Saturno, Bonilla y Júpiter
Moreno, preso del pánico que imprimen dos fiascos electorales importantes desde que Rajoy lo impuso en Andalucía, ha debido pensar en clave mitológica romana. Habrá recordado el cuadro de Goya, expuesto en el Prado, en el que Saturno trató de matar a su hijo Júpiter. Este le venció y se apoderó del imperio del cielo.  El mito concluye con que Saturno quedó reducido a la condición de simple mortal, yendo a refugiarse al Lacio. Ahora Moreno al revés de la leyenda, intenta matar al padre político que le dio todo. Así son las lealtades en política, duran lo que duran las victorias y cuando no se tiene ninguna se busca la víctima en otros lares y no se mira nadie en su mismo rostro.