Hasta 237 personas se tomaron la molestia, o se sintieron tan indignadas que no pudieron aguantarse las ganas, de escribir a la oficina del Defensor del Espectador de TVE por la famosa entrevista de Sergio Martín, director del Canal24Horas a Pablo Iglesias, el líder de Podemos. El cargo en la tele pública lo ocupa un veterano periodista de la cosa, Ángel Nodal, de cuyas características les informamos en su momento en ELPLURAL.COM a través de las palabras de uno de sus compañeros: "(En tiempos de Urdaci) Nodal era el poli bueno, haciendo pareja con el poli malo, el burdo, que representaba otro subdirector, Andrés Martín Velasco”.

"La clave es aguantar"
Pues este 'poli bueno' ha estudiado y dictaminado ante ese buen montón de quejas, la mayoría de las cuales mostraban, según él mismo ha reconocido, considerable enfado porque Martín tuvo a bien dar la "enhorabuena" a Iglesias porque habían sido excarcelados unos etarras. Evidentemente era una forma de llamar simpatizante de los terroristas al político, exabrupto que se reflejó en los periódicos, éste incluido, y aún más significativo en el dictamen de los compañeros de Martín que pidieron su dimisión.



En una comparecencia en el Congreso poco después de producirse lo que a todos pareció una bodrio-entrevista, el presidente de RTVE compareció ante la Comisión de Control en el Congreso y sin rubor calificó la entrevista de "dignísima e impecable". Lo que vino a interpretarse como que Martín cumplía al menos con el espíritu de lo que se le pide. Hecho que confirmaría después en la fiesta de Navidad el mismísimo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que delante de otros periodistas masajeó el ego del entrevistador con la inefable frase, que tan bien le define a él mismo, "la clave es no dimitir y aguantar ante los antidemócratas" ...

Es que los espectadores no entendieron al entrevistador
¿Con estos precedentes de sus jefes qué se podía esperar de Ángel Nodal, por título Defensor del Espectador? Pues la nota que ha dado: la de poli bueno, frente a estos malos. Así, Nodal reconoce que "una pregunta más directa habría evitado que se produjeran errores de interpretación como los que se dieron en el programa y en los espectadores que nos han escrito". Es decir, son los que pensaron que se insultaba al entrevistado los que se confundieron con la intención de la pregunta, que no estaba mal en el fondo, sino en su planteamiento.

Y entonces Nodal, que sabe quien manda, explica: "conocer la postura del líder de Podemos sobre ETA era una cuestión obligada, pero se podía haber hecho la pregunta de forma directa". O sea, que "es responsabilidad del entrevistador elegir el planteamiento, el tono y los contenidos de una entrevista", y dictamina sin cortarse: "después de repasarla a fondo, no observo ninguna falta de respeto ni otro comportamiento fuera de lugar por parte del entrevistador".

Pero si el entrevistador no se quejó
Y como gran argumento definitivo de su opinión, y la de su jefe directo e interpuesto, José Antonio Sánchez, y la de su otro jefe, el de verdad, Nodal sentencia que durante la entrevista "tampoco hay ninguna observación o queja por parte del entrevistado durante la misma". Es decir, que si es usted entrevistado en TVE y le hacen preguntas insultantes, no sea educado y responda resignado, enfádese y amenace al menos con levantarse e irse, o se considerará que está encantado con que le digan que es simpatizante terrorista, por ejemplo.