Francisco Nicolás posa con unas jóvenes en una fiesta. EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

 

 


La última jugada del Pequeño Nicolás tiene en vilo a los servicios de inteligencia de la policía y el CNI. El joven asegura tener en su poder grabaciones y pruebas comprometedoras de carácter sexual contra altos cargos del Estado y las fuerzas de seguridad se encuentran evaluando el riesgo real que se esconde tras sus amenazas, según cuenta Interviú. De momento, sólo parece confirmado que tenga pruebas de la infidelidad de un alto miembro del Gobierno con una amiga suya, menor de edad en aquel momento.

Ahora mismo existen dos posturas dentro de las fuerzas policiales. Entre los servicios de inteligencia se descarta que Francisco Nicolás sea "un riesgo para la estabilidad institucional" y que tenga ese tipo de pruebas, "más allá de hechos puntuales dentro de su círculo personal".

Acorralado
Pero otras fuentes policiales ya han trasladado a sus superiores el hecho de que las amenazas del joven tienen una base fundada detrás y que Francisco Nicolás hará uso de esas grabaciones si "se siente acorralado".

Dos posturas
Esta división de pareceres también se traslada a la posición de las instituciones. Mientras el CNI, la Casa Real o la Vicepresidencia del Gobierno se esmeran en presentar el caso como el de un joven estafador delirante que huye hacia delante, entre bambalinas la gestión es frenética y está generando roces entre los funcionarios y los altos cargos de los ministerios por los que Francisco Nicolás paseaba a sus anchas.

Filtración de documentos
Son varias las pruebas que hacen tomarse en serio al Pequeño Nicolás. Por una parte, lo que se ha conocido hasta ahora, como los correos y los mensajes de móvil intercambiados con el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, que parece obvio que no ha filtrado el dirigente. Además de las fotografías del presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández, durmiendo la siesta en uno de los sofás del chalet de El Viso.

Cámaras por doquier
Por otra parte, es precisamente este chalet en un lujoso barrio el que hace sospechar de la veracidad de las amenazas. En esta residencia, alquilada al príncipe Kyril de Bulgaria a través de la firma Asistencia de Construcciones de Obas (ACO), el Pequeño Nicolás situó su base de operaciones como presunto comisionista y también organizó varias fiestas. La pasada semana los responsables de ACO reconocieron que el chalet estaba plagado de cámaras de videovigilancia que no habían instalado ellos.

"Hay de todo"
Según Francisco Nicolás, las grabaciones existen y en ellas "hay de todo". Pero las cintas "están fuera de España" y la Policía no ha podido encontrarlas en los registros que hizo en dos de las casas que frecuentaba.

Los mensajes eróticos
Sin embargo, hay un punto en el que coinciden todas las fuentes consultadas por Interviú: el Pequeño Nicolás tiene un arma real, que serían las pruebas escritas de una infidelidad cometida por un alto cargo del Gobierno. Serían mensajes de alto contenido erótico que un hombre, casado, cruzó con una joven madrileña, amiga de Nicolás, y que en aquel momento era menor de edad.