Su lectura no desentonaría con lo que hubiera escrito aquel dirigente de la ultraderecha española de la transición, el notario Blas Piñar. Para Piñar y para Leguina la unidad de España es lo único que hay que preservar y para eso no importa aquello del fin justificando los medios.Pero es que además el hombre manipula la historia y sobre esa manipulación construye su discurso. Dice que “¿alguien puede pensar que los españoles van a estar de acuerdo con más privilegios, como el cupo vasco?”. Leguina, que no hace un mea culpa sobre su presidencia de aquel ente etéreo ente llamado Comunidad de Madrid que se la sacaron de la manga, miente cuando habla del Concierto como “privilegio”. Eso no hace más que dar alas a todo el reaccionarismo español inculto que desconoce absolutamente la historia o porque no se la han enseñado o porque les interesa manipularla. El Concierto no es un privilegio sino un pacto (1878), tras una guerra y el último residuo foral que quedó tas dos guerras abolitorias.
Pero esta gente está juramentada en echar leña al fuego, buscando la confrontación, no buscando el menor entendimiento sabiendo que van al choque de trenes. Son personas deletéreas y el tipo humano pero para una convivencia.
Leguina demuestra día a día que es amargado y un resentido y además un manipulador. Pues bien, que siga por ese camino buscando el odio. Lo encontrará.
Pincha aquí para acceder al blog de Iñaki Anasagasti