Vicente Ferrer, en su fotografía oficiales del Congreso. CONGRESO.ES



“Hay muchas maneras de servir a la Patria. Una de las más ilustres es representar al pueblo español como parlamentario y ocupar un escaño en las Cortes Generales, órgano donde reside la soberanía popular. Otra más anónima, pero no menos honrosa, es formar parte de las Fuerzas Armadas. Lo que no es habitual es simultanear ambas”. Con este arranque de crónica diríamos que.., inmarcesible, el diario El País comenzaba a informarnos de un hecho patriótico, como se ve, donde los haya: el ingreso de un diputado, Vicente Ferrer Roselló, a servir como voluntario de los Ejércitos.

Teniente a tiempo completo...
Resumimos. “Su señoría Ferrer”, como le llaman en el diario de PRISA, a la sazón portavoz del PP en la Comisión de Defensa, es reservista voluntario desde hace siete años. Una condición que él ha decidido llevar un paso más allá, imbuido seguramente, como explican en El País, del deseo de culminar su servicio a la Patria. Y así, ha recibido el plácet del Ministerio de Defensa para embutirse en el uniforme de teniente de Infantería de Marina a partir del próximo día 21 de abril. Eso sí, sólo durante un mes.

‘Jugará’ a ser soldado el señor teniente-diputado Ferrer ese tiempo en el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de Bétera. Periodo en el que ejercerá a tiempo completo, porque lo quiere hacer como si fuera un ‘teniente de verdad’.

... diputado a los ratos que se pueda
En la crónica de El País ya apuntan un pequeño problema. Que para cumplir con su sueño de ‘teniente’ el diputado no ha elegido renunciar a su mes de vacaciones veraniegas, sino que lo va a hacer en los meses de trabajo. Es decir, que mientras él ‘sirve’ uniformado, en el Congreso, en pleno centro de Madrid, a unos 400 kilómetros de Bétera, hay previstas sesiones, a las que, por razones evidentes, ‘su señoría teniente’ no podrá asistir. El diputado ya ha advertido en las páginas del diario que “con sentido común y flexibilidad no tiene por qué haber problemas”. Bueno.

"Que no tenga antecedentes penales"
Pero es que…, hay algo más. Independientemente de la peculiar manera que tiene de ejercer su trabajo de representante de quienes le votaron, el propio diario apunta un hecho que quizás aún resulte más significativo en esta historia. Se recuerda en la ‘información’ que cualquier español entre 18 y 58 años puede alistarse en las Fuerzas Armadas para seguir cursos de formación, realizar ejercicios o prestar servicio en la unidad a la que sea asignado…, siempre y cuando “no tenga antecedentes penales”. O igual no lo es tanto.

El diputado que escondió sus galones
En cualquier caso, lo cierto es que, como les contamos en su momento en ELPLURAL.COM, el diputado-futuro-teniente Ferrer Roselló, en la noche del 30 de septiembre de 2012 circulaba por la céntrica Avenida Levante de la ciudad de Valencia “realizando maniobras en zig-zag y cambiándose de carril sin ningún tipo de señalización” cuando le vieron unos policías municipales que le dieron el alto. Y como notaron que daba inequívocas señales de no encontrarse en el mejor estado posible de revisión, le practicaron las pruebas de alcoholemia, que dieron por resultado más del triple del máximo legal permitido en las ordenanzas. En concreto, entre 0,82 y 0,84 miligramos de alcohol por litro de aire, siendo el máximo legal de 0,25.

Aún más curioso fue que el diputado Ferrer, en un gesto no muy honroso, y seguramente buscando así evitarse el conocimiento público de su poco encomiable acto, conducir bastante beodo, no tuvo el arrojo de dar el paso al frente y decir que era diputado en Cortes, razón por la que su caso cayó en el juzgado número 19 en Valencia.

Dos aficiones, la marina y el alcohol..., y un "timonel borracho"
Tuvo mala suerte, sin embargo, y en los trámites que se siguieron a su condena, se descubrió que no había dado la cara y que aquel juzgado, dada su condición de aforado, no podía condenarle. Que, en fin, era el Supremo quien tenía que ver su causa. Y ahora sí, con la publicidad debida a su cargo, se conoció por la ciudadanía que le habían condenado a ocho meses sin carnet y el pago de una multa de 720 euros.

También al escarnio añadido de que se le recordara al ahora casi diputado-teniente un, visto su comportamiento, poco acertado comentario que había hecho en el Congreso sobre el entonces presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que calificó de “timonel borracho”. Comentario en el que unió, a lo que posteriormente se ha visto, dos de sus aficiones: la marina y el alcohol.

Ahora esperemos que cuando al izar o arriar la bandera, o en algún acto castrense al que asista, si se grita ¡Viva España!, al diputado-teniente no le dé por imitar a su jefe de filas, y no grite aquel ¡Viva el vino! con el que el actual presidente, Mariano Rajoy, se despachó en el acto de presentación de la candidatura para Castilla-La Mancha de María Dolores de Cospedal.