El ministro de Economía, Luis de Guindos (izda), conversa con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso. Archivo/ EFE



Mariano Rajoy llegó al Gobierno en medio de la peor crisis económica y financiera que ha sufrido Europa desde la Segunda Guerra Mundial, por tanto era obvio que el monotema de su gestión debería ser la economía. Precisamente por ese contexto sorprendió que Rajoy fuera el primer Presidente Democrático en no tener una vicepresidencia segunda, la que se da siembre el ministro de economía para dotarle de un poder y una maniobra de acción mayor que al resto de los ministros. Rajoy optó por una bicefalia que le ha provocado muchos problemas internos, Cristóbal Montoro se convirtió en ministro de Hacienda y Administraciones Públicas y Luis de Guindos en ministro de Economía y competitividad. Montoro no habla inglés y ese es un serio problema para representar a España en Bruselas, por eso fue  De Guindos el encargado torear con la Unión Europea. Pero Montoro se quedó con los Presupuestos Generales del Estado y la Agencia Tributaria. Las chispas saltaron desde el primer día y Rajoy ya ha sentenciado: manda Montoro

El político y el técnico
Cristóbal Montoro es militante del PP, patanegra, de los que están desde los tiempos de Alainza Popular y de los fieles a Rajoy. Montoro da mítines del partido y antepone criterios de políticos y electorales a otras 'cuestiones'. Luis de Guindos no tiene carné del PP y no participa en los mítines del partido (no está claro si porque no se le invita o por qué no quiere). De él se ha transmitido un perfil más "moderado y técnico" que el de Montoro, pero lo cierto es que desvincular a Luis de Guindos del PP no es riguroso, porque aunque no tiene carné del partido siempre ha sido fiel a las siglas. Fue Secretario de Estado con Rodrigo Rato cuando éste era vicepresidente económico de Aznar, y fue uno de los asesores de Rajoy mientras este estuvo en la oposición, asesoría que compatibilizada con varios consejos de administración. Era por ejemplo el representante de Lehman Brothers en España, el súper banco norteamericano cuya quiebra provocó un agujero mayor que los dos rescates a Grecia. En otro país hubiera sido como mínimo polémico nombrar ministro de Economía a alguien que venía de Lehman, pero Rajoy ha obtenido una mayoría absoluta apabullante en las elecciones y se siente legitimado para hacer lo que le venga en gana en cuanto a nombramientos.

Tensión desde el primer día
Rajoy tomó dos decisiones nada más llegar a la Moncloa: no hacer los Presupuestos Generales del Estado hasta que pasaran las elecciones andaluzas -y faltaban seis meses- y anunciar que no cumpliría con el déficit fijado para 2012. En Bruselas, y sobre todo en Berlín, montaron en cólera y la prima de riesgo llegó a bordear los 700 puntos básicos. Javier Arenas no consiguió gobernar Andalucía y Rajoy se tuvo que poner a hacer a toda prisa lo que le ordenaban en Bruselas: los mayores recortes de la historia democrática. Pero esas decisiones políticas provocaron ya tensiones entre Montoro y De guindos, porque a este último le abroncaban sin disimulo en Bruselas. Famosas son dos imágenes, una en la que el presidente del Eurogurpo le agarra (en broma) por el cuello y otra, en la que un De Guindos en una actitud casi humillante comunica a su homólogo alemán que iban a hacer una reforma laboral "muy dura". Los desencuentros entre Montoro y de Gunidos han sido permanentes y visibles, como por ejemplo en una rueda de prensa conjunta en Moncloa tras un Consejo de Ministros en la que la Vicepresidenta intentó rebajar la tensión.  ¿Es posible trabajar bien cuando los dos ministros del área económica no se soportan? ni en tiempos de bonanza ni, mucho menos, en tiempos de crisis.

¿A las europeas?
De Guindos es consciente desde hace meses que el 'favorito' de Rajoy es Montoro. En el Partido Popular, especialmente cuando está en el Gobierno, no hay decisiones colegiadas, manda uno y solo uno: el Presidente del Gobierno. El problema es que cuando se corre la voz de que alguien ha caído en desgracia, su situación se vuelve muy incómoda en el Gobierno y en el PP. Tampoco se sentía cómodo Luis de Guindos, cuyo entorno comenzó a filtrar hace semanas que el ministro era un firme candidato a presidir el Eurogrupo. El problema es que de momento no hay hueco, y otro problema es que en Bruselas no es fácil colocarse del presidente del Eurogrupo cuando tu propio Gobierno te desautoriza.

Todo son rumores sobre la lista del PP a las europeas, primero se apostaba seguro porque la encabezaría el ministro de Agricultura, Migue Arias Cañete, luego él se descartó, luego se habló de que la cabeza de lista sería la actual ministra de Fomento, Ana Pastor, de absoluta confianza de Rajoy y que neutralizaría el efecto "mujer" de la lista socialista encabezada por Elena Valenciano. Se habla de que otra ministra, la de Sanidad y Asuntos Sociales, Ana Mato, saldría del Ministerio para ir al Parlamento Europeo y sacarla de la lupa Gürtel, y ahora se incluye el nombre de Luis de Guindos. Son rumores, certezas ninguna, sobre la lista a las europeas del PP.

Solo hay una certeza, que Cristóbal Montoro y Luis de Guindos no se soportan y que el preferido de Rajoy es Montoro.