La referencia a un colador tiene varias acepciones. En casos, se quiere expresar que deja pasar con facilidad, incluso sin control, confundiéndose con coladero. En otros casos, quiere referir que tiene demasiados agujeros y que pierde entidad e incluso identidad, dado el lamentable estado en el que queda algo que debiera ser completo. Es en este segundo en el que nos ubicamos si queremos relatar la previsión en la que nos movemos en el momento actual en este país llamado España si alguna de las iniciativas lograra llegar al final separatistas que pretenden los que las promocionan. Triste final para un recorrido como el que se ha completado desde la transición, con muchas concesiones por parte de algunos y por un deseo de superar una época que nunca debió vivir este país, por parte de la gran mayoría. Una minoría nostálgica de otra época, con otras convicciones, que distan de ser las democráticas, se ubica en posiciones radicales bastante inexplicables.

Desde Cataluña y por algunos, se formula una posición separatista derivada, al parecer, de un maltrato financiero, principalmente, por parte de la Administración Central. Tras años manifestando las formaciones nacionalistas que el retorno de recursos económicos a la autonomía catalana, por parte de la administración central, era insuficiente, poniendo en entredicho los mecanismos de redistribución de las sucesivas administraciones centrales, han dado  el paso en una  escalada sin límites en la que se han situado los radicalizados nacionalistas actuales.  En un enfrentamiento con el resto de las autonomías, que va subiendo de tono progresivamente,  van surgiendo no sólo negativas a admitir un proceso de pronunciamiento unilateral de la autonomía catalana, sino de que emergen cuestiones pendientes que tienen todas las autonomías desde la transición democrática.

Ahora acaba de producirse una réplica contra Cataluña de un territorio que no comulga con la autonomía catalana demasiado bien, históricamente, cual es el del valle de Arán Convergencia Democrática Aranesa reclama que se le reconozca la condición de nación a esta comarca pirenaica. Se puede entender que es la propia medicina de Artur Más la que le están aplicando y que veremos cuál es su reacción; él que tanto se remira en el trato que dice estar esperando de la administración central. Lo explica un diputado en el Parlamento catalán, alcalde de Viella y secretario general de la formación aranesa y que habla por una comarca de 10.000 habitantes y reclama capacidad  legislativa y ejecutiva para el valle. Aduce que quieren preservar su identidad milenaria, su lengua (el aranés) que está en peligro de extinción y finaliza su reclamación diciendo que esta propuesta no está ni contra Cataluña ni contra España. ¡Faltaba más! Claro está, con una Cataluña independiente lo tendría más fácil, al depender solamente de una entidad territorial.

Puede parecer cachondeo, pero no lo es, en absoluto. En ninguna parte están escritas las condiciones a satisfacer para poder pensar en ser independiente un colectivo. Ni cuántos tienen que ser, ni que territorio deben ocupar, ni cuánto debe alcanzar su PIB, nada hay escrito en ninguna parte. De hecho, hay países de todos los tamaños, población y condiciones socioeconómicas. Casi siempre han sido fruto de las circunstancias históricas y, en demasiados casos, derivados de las voluntades de los colonizadores en presencia física o virtual. Lo del valle aranés provoca una sonrisa cuando uno piensa en los argumentos que aporta Artur Más al debate. Recibe una réplica, en todo lo alto, que suscita, además, la opción de que no todo el territorio catalán sea susceptible de seguir unido en una aventura como la que les propicia el mandatario hoy en el poder catalán.

Hay que recordar, aquí y ahora, apelando a la mínima racionalidad, que los colectivos se forman, en democracia, por voluntad de permanecer juntos, de disponer unos objetivos comunes, de caminar aportando cada uno algo que beneficie al conjunto, de complementarse, de ejercer la solidaridad con los que te acompañan, con objeto de que el colectivo sea más fuerte y competente. ¿Esto se da, se piensa o se desea? A esto tienen que contestar Más y sus seguidores. Ninguna Autonomía parece estar de acuerdo con su devenir. La transición supuso un acuerdo para marchar. Hoy, probablemente se detectan muchas deficiencias, pero no sólo para Cataluña, si quiere relatamos la retahíla de inconformidades, partiendo incluso desde la misma definición territorial. Sí valieron los condicionamientos históricos, ¿fijados en qué momento? ¿respondiendo a que situación? Cataluña mantuvo su estatus territorial, pero otras autonomías no, ¿por qué? ¿Están conformes los pobladores de otras autonomías con la definición de su territorio? Son estas cosas gruesas, porque con otra definición de las autonomías Cataluña podría no ser lo que es, ni territorial, ni productivamente, ni liderar lo que hoy pretende acaparar. La voluntad de esta España fue un acuerdo, en el que todos, todos es todos, decidieron seguir hacia adelante y hemos llegado donde estamos.  Si hay que cambiar, tendremos que estar de acuerdo todos.

Probablemente, lo más sensato es abordar la reforma de la Constitución para lograr un orden, diferente al actual, que pueda satisfacer a un mayor número de personas, incluidos los catalanes por los que habla el señor Más. Pero tiene que saber que sólo beneficios, solamente se obtienen cuando el régimen en el que se desenvuelve es parcial, sectario y dictatorial, lo que consiente el capricho. La reforma de la Constitución y el avance hacia un Estado Federal, permite clarificar la situación y, de una vez por todas, saber quién es quién y hasta donde llega cada cual en sus pretensiones. No es presentable, tampoco no hacer nada. Así se resuelve bien poco. Pero, desgraciadamente es la tónica del gobierno super-conservador que tenemos: toca lo que no toca y lo que toca no lo toca. Mientras tanto, esto se va pareciendo más a un colador, haciendo agua por todas partes. Ahora el valle aranés, ¡qué lástima!

Alberto Requena es Presidente del Partido Socialista de la Región de Murcia