La Razón y ABC apoyan y apoyarán siempre, incondicionalmente, a Mariano Rajoy y al PP hagan lo que hagan. Estos dos periódicos han hecho prevalecer siempre la apuesta ideológica sobre el periodismo puro y duro, posición absolutamente legítima en una Democracia consolidada con pleno respeto a la Libertad de Expresión. De esta forma no sorprende en absoluto que el editorial de La Razón se titule asépticamente "Tratamiento de choque" y que justifique el mayor recorte de la Democracia con el siguiente argumento: "N quedaba otra salida: sin reajustes más duros, España no saldría de la UVI". En este periódico no se hace mención a ninguno de los errores propios cometidos por Rajoy -como el retraso en la aprobación de los Presupuestos para después de las andaluzas, por ejemplo- y sí se dispara contra la "herencia" de Zapatero y el excesivo número de liberados sindicales y de funcionarios que hay en España, de lo que también responsabiliza al Gobierno anterior. Las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos, en su mayoría gobernados por el PP, al parecer nunca contrataron funcionarios ni asignaron liberados sindicales.

ABC también cierra filas con Rajoy y el PP. Bajo el titular de "Estado de Excepción Económico", elogia la "sinceridad" de Rajoy. Lo que para la mayoría es una rectificación sin precedentes de un programa electoral y de toda una política de Gobierno, para ABC se traduce en que "nunca un presidente de Gobierno en España había pronunciado un discurso tan dramático y sincero como el de Mariano Rajoy".

La Vanguardia elogia a Rajoy
El diario del Grupo Godó se ha alineado tradicionalmente con el partido nacionalista, conservador y cristiano que ha gobernado la mayor parte de los últimos 30 años en Cataluña: CiU. Pero además en los últimos años ha fustigado sin piedad a los socialistas catalanes, apoya moderadamente a Rubalcaba, critica con dureza cualquier movimiento de Carmen Chacón y aplaude sin complejos al Gobierno del PP. Tanto es así que el titular del editorial de La Vanguardia es el más pelota con Rajoy: "Sangre, sudor, lágrimas y esperanza". El texto es también el más elogioso con el presidente y el único que elogia a Rubalcaba: "Si ayer Mariano Rajoy hizo un excelente discurso sobre los retos que debe superar España, Rubalcaba es seguramente el otro líder que debe acompñarlo".

El País defiende a Rajoy y comparte argumentos con La Razón y ABC
La posición de El País no deja indiferente a nadie. Cuando Zapatero anunció los recortes de 2010, Juan Luis Cebrián -el único que manda en Prisa- pidió su dimisión. Rajoy ha presentado unos recortes mucho más duros y ocho meses después de ganar las elecciones ha dicho que no cumplirá nada de lo que prometió y sin embargo El País le defiende. El editorial de El País no habla ni una sola vez , no ya de mentiras, ni siquiera de promesas incumplidas y ¡justifica! los durísimos recortes. El titular de su editorial es aséptico: "el gran ajuste", ni un solo error reprochable a Rajoy y todo es achacable a la herencia recibida: "El presidente del Gobierno anunció ayer un ajuste de grandes proporciones con el que esquivar el rumbo al precipicio por el que se encaminaba España desde hace demasiados años y que los errores de política económica y la insuficiencia de las reformas financieras no habían logrado evitar". Tan solo un leve reproche porque los recortes son una rectificación "tardía".

El País apoya incondicionalmente la oferta de pacto formulada por Rubalcaba, y su editorial concluye: "que la rectificaicón española sea tardía no implica que deba despreciarse, sino tratar de convertirla en oportunidad". Es decir, El País incluso justifica el retraso en la adopción de medidas. Este periódico no deja lugar a dudas: apoya a Rajoy y al Gobierno del PP y aplaude el discruso de ayer de Rubalcaba.

El Mundo, La Gaceta y El Periódico, críticos
Parece que el mapa mediático español se ha vuelto del revés. El diario El País apoyando firme y contundentemente los recortes de Rajoy al que no le afean ni un solo error, mientras la ultraderechista y, demasiado a menudo, antidemocrática "La Gaceta", critica al Presidente del Gobierno y del PP que suba el IVA y que deje a medias reformas como la del sector público o la de la estructura del estado. Su editorial se titula "A medio camino" y se resume en esta idea: "El plan de ajuste del Gobierno cumple con las condiciones de Bruselas, pero no hica el diente a la reforma del sector público".

El Mundo no hace sangre con Rajoy, pero sí hace referencia a errores propios del Presidente, elogia algunas de las medidas y considera otras insuficientes. Bajo el título "Rajoy acata el ajuste para salir de la postración", este periódico conservador, látigo tradicional de los socialistas, comienza afirmando que el de ayer "fue el mayor programa de ajuste de la Democracia", algo obvio e indiscutible porque nunca un Gobierno había anunciado el recorte de 65.000 millones de euros en dos años en plana recesión.

La carga de profundidad de El Mundo va en este párrafo: "Rajoy propuso a sus señorías todo un programa de investidura, en una prueba palpable de un error anterior: el de ayer era el plan de gobierno que necesitaba España hace siete meses, cuando asumió el poder. Entonces Rajoy prefirió anteponer el interés de partido, que se enfrentaba a las elecciones andaluzas, al general de la nación y retrasó medidas clave, con lo que perdimos un tiempo precioso". Por cierto, esto es exactamente lo que piensa un sector importante del PP, en el que está Esperanza Aguirre, y lo que piensan la mayoría de los empresarios y banqueros de este país, que nunca han sido precisamente de izquierdas.

El Periódico de Catalunya mantiene una posición absolutamente coherente con su tradición progresista. Este rotativo ha representado tradicionalmente el sentir del "catalanismo obrerista", y cualquier lector habitual de prensa escrita ha comprobado que no ha protagonizado "vaivenes ideológicos" en función de quien gobierne. El editorial de El Periódico va más allá de la crítica o no de las medidas, y bajo el titular de "¿Servirá de algo la rectificación?" señala que Rajoy hizo una enmienda a la totalidad de su propia política económica, reconoció que esta tutelado por Bruselas y pone el dedo en la llaga: "Nada indica que la terapia de choque que impone Europa nos vaya a sacar del pozo. Antes al contrario", y en otro párrafo señala: "es evidente que no se puede hacer un balance positivo de los resultados de la política de recortes que dicta la Unión Europea, ni mucho menos".