Boixareu, que declaró este miércoles ante el instructor del caso, José Castro, admitió que “se ha intercambiado favores” con Urdangarin durante los últimos años, entre ellos la creación de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS). Este empresario le ha servido al yerno del Rey como intermediario en sus negociaciones con su exsocio Diego Torres para que este no tire de la manta.

Una tapadera para desviar dinero a paraísos fiscales
Esta entidad, supuestamente sin ánimo de lucro, fue creada por el yerno del Rey después de que abandonara el Instituto Nóos en 2006. Según sus estatutos fundacionales, tenía como objetivo “impulsar el uso de la cultura y el deporte como herramientas de integración social” y, con esta excusa, organizaron cursos de vela, talleres de vela, balonmano y otras actividades. Estas actividades iban dirigidas a niños discapacitados físicos y síquicos y a enfermos de cáncer. Pero en realidad, sirvió a Urdangarin para desviar el dinero público conseguido con sus contratos millonarios en la Comunidad Valenciana y en Baleares a su entramado empresarial y especialmente a paraísos fiscales.

El juez y el fiscal no creen su declaración
El empresario aseguró que no pretendía proteger al duque porque no es “un hombre de paja” y que la creación de la mencionada fundación fue una fórmula que acordó con Urdangarin para cobrar varios trabajos de asesoramiento que había efectuado para él. Según su declaración, Urdangarin le entregó 30.000 euros para constituir la entidad y pagarle así sus labores de asesoramiento, ya que el empresario se negaba a cobrar e impuso como condición que el dinero se destinara a un proyecto solidario. Tanto el juez Castro como el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach le han advertido de que su relato no les resultaba creíble.

Se limitó a figurar
Joaquim Boixareu dijo al juez Castro que en la fundación él se limitó a figurar, siguiendo las instrucciones de Urdangarin, pero dejó claro que en ningún momento intervino en la gestión ni en las operaciones presuntamente delictivas que se realizaron en esa entidad, informa El Mundo.

Urdangarin siguió dirigiendo Noós después de 2006
Ayer, también declaró ante el juez, en Barcelona, la exsecretaria de Urdangarin en Nóos, que explicó que este siguió controlando la fundación después de anunciar su dimisión como presidente en 2006, apremiado por la Casa Real, conocedora ya de los negocios irregulares del duque. La secretaria dijo que Urdangarin “siguió yendo por allí, por su despacho, como antes” y que ella le llevaba su agenda personal.

Urdangarin y Torres eran la cabeza
También prestó declaración ante el juez uno de los fundadores del Instituto Nóos, Xavier Agulló, que ratificó, en la línea de lo declarado por otros testigos, que la fundacion era dirigida al mismo nivel por Iñaki Urdangarin y su socio Diego Torres. El duque, según precisó, llevaba a cabo “labores institucionales” y el segundo se encargaba de las “labores económicas y de contratación”.

Varios trabajadores del entramado Nóos también tuvieron que comparecer ante el juez, que confirmaron que aunque cobraban de diferentes sociedades de Urdangarin y Torres en realidad trabajaban para la el Instituto Nóos.