Se disparan los gastos de la clase media y también, y con mayor intensidad, los gastos de la clase baja. Esta España dual y desequilibrada se está multiplicando a espuertas. La élite económica y financiera sobrevuela la crisis desde la distancia y hasta la indiferencia.  Pero son los de siempre los que  deben apretarse el cinturón.

Nada positivo
De este Gobierno del Partido Popular no se puede esperar nada positivo. En primer lugar, porque la crisis no deja títere con cabeza, o sea presidente con cabeza, como se ha visto ya en muchos países europeos desde que empezó la debacle económica. Y en segundo lugar, porque Mariano Rajoy no es el líder que necesita España.

No es creíble
Nada le ha funcionado bien desde que llegó a La Moncloa, hace medio año. Todo lo que había prometido se le ha ido de las manos y se ha evaporado. Le está sucediendo que, para la mayoría de los ciudadanos, Rajoy no es creíble. En cuanto a su sensibilidad social ni está ni se le espera.

El presidente, desbordado
Rajoy está desbordado, va sin brújula hacia el  acantilado y puede perecer políticamente, si España termina siendo rescatada no sólo desde la vertiente financiera o bancaria, sino en su conjunto. Aunque ahora haya descubierto a Hollande, no parece que esté dispuesto a mejorar en dos puntos el salario mínimo, como ha hecho el nuevo presidente socialista francés. Pueden pasar aún muchas cosas, pero es urgente que Rajoy se retire o sea retirado cuanto antes, mejor. Por el bien de todos los españoles.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM