Reino Unido, Irlanda, Holanda, Grecia, Letonia, Islandia, Portugal, Dinamarca, España, Bélgica, Italia, Hungría, Eslovenia, Holanda, República Checa y Francia. Son 16 países pero la crisis económica más dura desde la Segunda Guerra Mundial se ha cobrado ya 17 gobiernos. Las elecciones de ayer en Grecia tumbaron al segundo gobierno encargado de gestionarla.

En Grecia primero cayó el Gobierno de derechas que había ocultado sus cuentas en Bruselas, ganó el PSOK (socialdemócrata) con mayoría absoluta, pero las terribles medidas impuestas a este país desde su intervención llevaron a dimitir a Papandreu. Gobernó después una coalición  de derechas e izquierdas, un gobierno de unidad nacional, que ahora ha sido castigada en las urnas porque aunque la conservadora Nueva Democracia saca una ligera ventaja, lo cierto es que no podrá gobernar en coalición con los socialistas. En Grecia los ciudadanos han dinamitado el bipartidismo,  ha habido un auge espectacular de la extrema izquierda y han entrado los neonazis en el Parlamento. Un panorama político que debería preocupar, y mucho, a Ángela Merkel.

Reino Unido: vuelta a la izquierda
Uno de los primeros Gobiernos en caer fue el Laborista Británico. Recordemos, Tony Blair ganó las elecciones pero cedió el puesto de Primer Ministro a Gordon Brown. A éste la crisis se lo llevó por delante y ganaron los conservadores de David Cameron. Pero aquel resultado electoral ya llevaba una impronta inquietante: por primera vez  en 36 años ningún partido obtenía mayoría absoluta y los Tories tuvieron que gobernar en coalición con los Liberales. El resultado a día de hoy es que los liberales están hundidos en las encuestas y que los conservadores de Cameron se han llevado en un batacazo histórico en las municipales celebradas este fin de semana. Vuelve la socialdemocracia también a Reino Unido.

Para la mayoría de los países europeos 2011 fue un año de convulsión electoral. En febrero en Irlanda el partido conservador que llevaba décadas gobernando, el Fiana Fail, cosechaba un derrota histórica, en Dinamarca también perdían los conservadores que llevaban diez años gobernando y convirtieron en primera ministra a la socialdemócrata Helle Thorning. Pero en Portugal y en España, donde gobernaba la izquierda Sócrates y Rubalcaba perdieron las elecciones y ganó la derecha. En definitiva, esta crisis tiene un patrón: acaba con cualquier gobierno que esté en el poder porque las medidas de ajuste impuestas por Alemania hunden a la población en la pobreza y la desesperanza. Y en Alemania el partido de Ángela Merkel va de derrota en derrota cada vez que hay elecciones regionales.

En definitiva, cualquier analista con un mínimo de rigor, cualquier ciudadano observador, se da cuenta de dos cosas: la primera que es la crisis la que derrota gobiernos, y la segunda que si en noviembre de 2011 hubiera estado gobernando el PP en España habría perdido las elecciones. Es una buena estrategia de marketing político echarle la culpa de todo a Zapatero, no solo para la derecha, si no que tener un chivo expiatorio de los errores colectivos descarga nuestra conciencia. Esa teoría puesta en marcha por el PP es alimentada diariamente por la derecha mediática pero también, y paradójicamente, por el grupo Prisa. Desde las páginas de El País se leen las mismas críticas, sino peores, a Zapatero que desde El Mundo o La Razón. El presidente de El País, Juan Luis Cebrián, calificó la pasada semana al Gobierno de Rajoy como un “Gobierno de centro” y “en absoluto” de derechas. Además le dio un par de mandobles al anterior Presidente del Gobierno. Llevar las rencillas personales al análisis político provoca mal periodismo.