Según ha podido saber ELPLURAL.COM, desde hace al menos dos meses Julio Ariza persigue al periodista Eduardo Inda para que acepte su oferta: muchos, pero que muchos miles de euros a fin de mes y el control de todo el Grupo Intereconomía. Como director de contenidos del Grupo tendría margen de actuación sobre el periódico, la radio y la tele de este grupo de extrema derecha. La llegada de Inda a Intereconomía supondría, además, señalarle la puerta de salida a Carlos Dávila, actual director de La Gaceta y cuyas relaciones con Ariza se han ido deteriorando

Eduardo Inda comenzó su carrera "estelar" como director de El Mundo en Baleares. Allí se econtró con el caso Palma Arena y toda la inmensa madeja de corrupción del exministro de Aznar y expresidente de Baleares, Jaume Matas. Aunque Pedro J. protegió durante mucho tiempo a su amigo Matas (entre otras cosas porque le arregló lo de la piscina ilegal), hubo un momento en que, ante las evidencias, tuvo que dejar trabajar a Inda. Desde Baleares el periodista salta a la dirección del diario deportivo Marca, donde tuvo buenos resultados de ventas, y de ahí vuelta a El Mundo, pero en este caso a un proyecto fracasado: Pedro J. le pone al frente de Veo TV, un poyecto en el que el director de El Mundo había depositados muchas ilusiones, pero que los inversores italianos de Rizzoli se encargaron de cortar por lo sano ante el agujero económico que suponía esa aventura.

Fracasado el proyecto de Veo, Eduardo Inda vuelve a la redacción de El Mundo como jefe de investigación, y es él quien destapa mediáticamente el caso Undargarin. Ahora tiene una jugosa oferta económica de Intereconomía encima de la mesa.

Los problemas económicos de la derecha mediática
Hacer un periódico es caro (precio del papel, distribución, etc.) y hacer un buen periódico mucho más. Nada de esto preocupaba a Julio Ariza cuando en 2009 compra La Gaceta de los Negocios para convertirla en un periodico de tirada diaria y nacional con un único objetivo: zaherir, insultar y atacar por todos los medios al gobierno socialista de Zapatero. Y Ariza contrató a lo más granado de la ultraderecha mediática. Ni quería hacer un periódico ni mucho menos un buen periódico, simplemente un medio de ataque con el que propagar mentiras como los 600 asesores que tenía Zapatero en Moncloa y que María Dolores de Cospedal (en las redes conocida ya como Dolores de Prosperal) se encarga de repetir.

Pero el estallido de la crisis ha hecho que todos nos apretemeos el cinturón, la inversión en publicidad ha caido en un 60%, la mayoría de empresas de comunicación van ya por el segundo o tercer ERE y la cosa no parará ahí. La Gaceta hace dos meses que no paga el salario a buena parte de su plantilla, se pagan los sueldos más bajos, a colaboradores se les paga con cupones de compra de El Corte Inglés (uno de los patrocinadores de La Gaceta), y las dificultades económicas son cada día mayores.

El Mundo cerró el ejercicio 2011 con unas pérdidas de 330 millones de euros, después de que Rizzoli (el accionista italiano) convirtiera en capital propio parte de los ¡mil millones de euros de deuda de Unedisa, grupo al que pertenece El Mundo! Prisa cerró el año con 451 millones de euros en negativo, en parte porque dedicaron buena parte de los ingresos a provisiones de fondos, Vocento ha perdido 53,4 millones de euros y La Razón, 10 millones de euros.

Con este panorama, y ante el overbooking de periódicos dispuestos a decir todos los días que Mariano Rajoy es el mejor y que el Partido Popular es la auténtica salvación de todos nosotros, las empresas mediáticas han decidido moverse.

Fusiones o fichajes
A la oleada de fusiones o compras de cadenas de televisión (Berlusconi compró Cuatro y ahora se fusionan Antena 3y La Sexta), le sucederán movimientos en la prensa escrita, aunque en este sector hay una variable mucho más complicada de manejar: la super egos de los directores. Y es que en este país el director de un periódico de tirada nacional se sigue considerando mucho más que un periodista, mucho más que un gestor y, ante todo, se considera poderoso.

Desde hace un año en el mundo financiero-empresarial madrileño se habla de este tema: primero fueron las conversaciones del Grupo Lara con Vocento (tendría que desaparecer una cabecera, o La Razón o ABC), y ahora mismo están encima de la mesa "conversaciones", todavía no negociaciones, entre el Grupo Planeta (Antena 3, Onda 0, La Razón) y Unedisa (El Mundo y Marca entre otras cabeceras).

La Gaceta parece descolgada de esas conversaciones, en primer lugar porque sus números tanto en la tele como en la radio como en el periódico son muy malos; en segundo lugar porque su virulento extremismo comienza a preocupar ya a la derecha civilizada. Con el PP gobernando, sus tertulias y programas se convierten en un descarado peloteo al Gobierno: todo, absolutamente todo lo que hacen está bien. Y todo, absolutamente todo es culpa de la izquierda y de Zapatero. ¡Hasta el nombramiento del marido de Dolores de Cospedal (Prosperal en las redes) como consejero de Red Eléctrica y su dimisión forzada por Mariano Rajoy es culpa de Zapatero, según una columnista de La Gaceta!

Con este panorama, y ante la avalancha de casos de corrupción del PP en Valencia y Baleares, los tertulianos de Intereconomía empiezan a disparar contra todos los políticos y empiezan a acusar al PP de no hacer lo suficiente. Hay tertulias en el que el descrédito a toda la clase política, también al PP, es de tal nivel que solo les falta terminar pidiendo la llegada de un dictador-salvador. El Grupo Intereconomía deriva ya hacia una postura cláramente "antisistema".

Julio Ariza, creador del grupo Intereconomía, cercano al Opus Dei, es de extrema derecha, pero no es tonto y sabe que con el actual panorama político- económico tiene que hacer algo sino quiere ver languidecer mortecinamente su juguete. Como nadie quiere bailar con él en la pista de las fusiones, ha optado por otra salida: el fichaje de un profesional conservador pero de prestigio. Poner al frente a un periodista que "donde pone el ojo pone la bala", como dice algunos de sus actuales compañeros. "Inda es un periodista de verdad, Carlos Dávila era un mamporrero de Aznar" añaden.

En las próximas semanas Eduardo Inda tendrá que deshojar la margarita. Si se va ¿cómo se lo tomará su actual jefe, Pedro J. Ramírez?

Fuentes cercanas a Inda afirman a ELPLURAL.COM que el periodista "se lo está pensando mucho", la oferta económica es "gorda", tendría manos libres (siempre para ir por el carril de la derecha, claro) y su nombre "blanquearía" un poco la marca. En el otro lado de la balanza, amigos de Eduardo Inda le recomienden que no dé ese paso porque el grupo no es económicamente viable y su imagen no es "precisamente de prestigio".