La alcaldesa de la población malagueña de Manilva, Antonia Muñoz, no se arredra ni por procesos judiciales, ni denuncias de los sindicatos, ni las críticas de la oposición e incluso en algún caso aislado de su propia formación política. Con un ayuntamiento arruinado y con denuncias por haber colocado en el ayuntamiento a asesores afines a su coalición o tener como proveedores a empresas familiares, Muñoz acaba de dar la última vuelta de tuerca al contratar a su hermana y a su nuera.

Nuevos cargos
Según publica hoy el diario "La Opinión de Málaga", la alcaldesa de Manilva, Antonia Muñoz, de Izquierda Unida, ya tiene preparada la llegada de nuevos cargos de confianza al Ayuntamiento que preside. Se trata de su hermana y de su nuera, que percibirán unas retribuciones mensuales de 1.900 y 1.341 euros, respectivamente. Las reacciones no se han hecho esperar.

Nepotismo
Desde la oposición se acusa a la alcaldesa de hacer práctica del nepotismo. El PSOE ha sido quien más ha insistido en denunciar esta situación, a través de su portavoz, Salvador Zotano, quien declaró que Antonia Muñoz «está volviendo a romper las normas básicas de la ética política contratando a sus familiares sin ningún tipo de pudor. En estos momentos en los que tanta gente de nuestro pueblo esté sufriendo el terrible problema del paro; que ella se dedique a nombrar como cargos de confianza a su hermana y a su nuera es muy mal ejemplo y me parece que no es estar a la altura de las circunstancias», sentenció Salvador Zotano.

Directora de "Nutrición"
Antonia Muñoz ha nombrado a su hermana como directora de área de Extranjeros, Coordinación y Relaciones con Marinas del Mediterráneo, empresa concesionaria del puerto deportivo de Manilva. Su nuera ha sido nombrada directora de área de Promoción, Imagen y Protocolo. Ambas engrosa una lista de veinte cargos de confianza con los que cuenta el consistorio manilveño, entre los que se hallan por ejemplo cuatro directores de área de Juventud, tres de Extranjeros, dos de Fiestas, dos de Asuntos Sociales y otros tantos de Deportes.
La oposición quiso destacar además que hay cargos como el de una directora de área de «nutrición en centros escolares», y uno de «comunidades de propietarios extranjeros».

Alega que son cargos eventuales
La regidora de Izquierda Unida quiso salir al paso de las críticas y aclaró que se trata de cargos eventuales que cesarán cuando ella deje la alcaldía, y que esos cargos han sido aprobados por el pleno municipal. Además acusó a Salvador Zotano, del PSOE y anterior alcalde del municipio, de haber dejado como trabajadores en el Ayuntamiento a personal que entró como cargo de confianza durante su mandato.

Falta de transparencia
Esta no es la primera vez que se acusa a Antonia Muñoz de falta de transparencia en sus contrataciones. El pasado 6 de abril era el presidente del comité de empresas del Ayuntamiento, Francisco Román, quien denunciaba que una sexta parte de los trabajadores municipales de Manilva estaban «enchufados».

108 contratos sospechosos
Una denuncia que registraba un total de hasta 108 contratos sospechosos de los alrededor de 600 que regulan la relación laboral de otros tantos empleados. El juzgado número cinco de Estepona investiga el caso desde entonces. Francisco Román declaraba entonces a La Opinión de Málaga que «Muñoz está creando un sistema de clientelismo político en el cual beneficia a los afines a su partido, Izquierda Unida, o a los familiares de éstos». Otra de las acusaciones vertidas sobre Antonia Muñoz fue la de ofrecer contrataciones temporales, que le garanticen el voto de sus trabajadores mientras gobierne.

Contrataciones irregulares
Aún más cercano en el tiempo –este mismo mes– ha sido la propia interventora municipal la que elaboró un informe elaborado en el que advertía de un número de hasta 50 contrataciones irregulares que podrían ser constitutivas de delito. Un informe que hizo público el Partido Popular. Por aquel entonces, prosigue "La Opinión de Málaga", la alcaldesa de Manilva declinó hacer declaraciones; ahora justifica la contratación de nuevos cargos, basándose, como su propio nombre indica, en que los cargos de confianza deben ser personas de su confianza. Mientras tanto, las acusaciones no cesan.