El rapapolvo que el presidente del BBVA, Francisco González, echó ayer al Gobierno por haber "perdido un tiempo precioso" para hacer las reformas y haber esperado "a que se solucionara todo con el cambio de ciclo" ha desatado las iras de todos. González, que accedió al cargo de la mano de José María Aznar, había reprochado también al Gobierno socialista que la reforma laboral y la de los convenios "son cosas que deberían estar hechas y no lo están" para que España supere la crisis.

Responsabilizan a la negociación colectiva de la crisis
En opinión del responsable de Trabajo, Valeriano Gómez, "es un error típico del discurso imputar a la negociación colectiva la responsabilidad de la crisis cuando en realidad está en el desplome del sector inmobiliario y el constructor por los excesos del pasado". Unos excesos que, según ha criticado Gómez, fueron alentados por las entidades financieras que, apelando al ahorro externo, "financiaron una expansión imposible de sostener".

La culpa no es de la normativa laboral, sino del exceso de crédito
"Construimos el triple de viviendas de las que necesitábamos", ha recordado Gómez al tiempo que ha destacado que el empleo se multiplicó por 2,5 veces. "Llegamos a tener 2,7 millones de trabajadores en este sector cuando Alemania, con mucha más población, nunca tuvo más de 2,5 millones", ha argumentado. Tras el estallido de la burbuja, el resultado es que dos de cada tres parados (un 75%) vienen de la construcción. "Y eso no es culpa de la legislación laboral ya que la legislación laboral no ha creado la burbuja", ha remachado.

UGT cree que lo primero debía haber sido la reforma financiera
En este sentido, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, indicó que la reforma del sistema financiero debería haberse realizado en primer lugar, en vez de dejarlo para el último momento como ha ocurrido. Méndez no descartó que la reestructuración se prolongue hasta marzo de 2012.

Toxo lamenta no haber aprovechado los periodos de bonanza
El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, recalcó, por su parte, que el Ejecutivo español conocía la burbuja que se estaba generando alrededor de la actividad inmobiliaria y financiera y que ésta estalló en el peor momento y en las peores circunstancias. “No supimos aprovechar la fase de bonanza económica para transformar la base de la economía del país. Algo que ya hace años era una necesidad y que hoy por hoy, es un objetivo inalcanzable ante el cierre de la financiación”. A su juicio, este es el motivo por el que los empresarios españoles no contratan. Asimismo, el sindicalista rechazó la idea de que no lo hagan porque los convenios colectivos sean rígidos.

Rosell vuelve a reclamar el contrato de 20 días
Esta visión, sin embargo, no es compartida por el presidente de la patronal, Joan Rosell, que ayer volvió a reclamar la creación de un contrato fijo con 20 días de indemnización en caso de despido. "En España es más difícil despedir que divorciarse", señaló. La cifras de desempleo, sin embargo, no parecen indicar en absoluto que el despido sea complicado. Rosell también habló de la falta de financiación bancaria "que pesa como una losa" para la actividad de las empresas. Rosell volvió a exigir ligar los salarios a productividad en lugar de a la inflación.

La polémica ha tenido lugar durante el curso "El nuevo sistema financiero, las nuevas infraestructuras y el nuevo mercado laboral" que ha tenido lugar en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP) de Santander, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).