Antena 3 está de enhorabuena con Pasapalabra. Aparte de los excelentes datos de audiencia que llegan a los dos millones de espectadores, Atresmedia ha ganado el juicio por los derechos de El Rosco, su prueba final.

De esta forma, el programa de Roberto Leal podrá seguir emitiendo la prueba final después de que el Juzgado de lo Mercantil número 8 de Barcelona haya desestimado "en su integridad" las intenciones de la compañía holandesa MC&F Broadcasting Production and Distribution donde reclamaban tanto a Atresmedia como a la empresa británica ITV Studios la propiedad intelectual de la prueba final. 

No obstante, aún cabe recurso ante la Audiencia Provincial y, por tanto, el juicio en el que participan Atresmedia, ITV; MC&F e incluso representantes de Mediaset, podría seguir en un futuro. Y es que el litigio judicial empezó en el año 2014 y promete continuar.

MC&F reclamaba ante la justicia los derechos del Rosco y exigía que dejara de emitirse esta prueba o cualquier otra similar. Por si fuera poco, pedía que se destruyeran las grabaciones ya existentes en las que apareciera dicha prueba.

En el fallo, de veinte páginas, el juez ha querido lamentar los retrasos en el fallo causados por la sobrecarga de trabajo para tumbar todo lo que se denunciaba.

De esta forma, se remite en buena parte al fallo del Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid que en 2014 condenó a Telecinco a cesar las emisiones del concurso, que no se hizo efectivo hasta que fue ratificado por el Tribunal Supremo en 2019 y que provocó el fin del programa en Mediaset.

Así, el fallo reflexiona sobre la consideración de un formato televisivo como obra que merece estar protegida por la propiedad intelectual llegando a la conclusión de que la tesis de la sociedad demandante no ha sido probada de modo suficiente y que los derechos no le pertenecen. Por ello, no han logrado demostrar que "el juego televisivo controvertido constituye una obra original provista de los elementos necesarios para poder ser protegida como formato televisivo por la propiedad intelectual".

Según el juez, MC&F "debió probar no solo la originalidad del juego controvertido como manifestación de una creación intelectual de su autor; sino también que dicho juego constituye una concreta plasmación cualitativa de una idea o concepción general, dotada de sustantividad y autonomía". Para ello, habrían sido necesarios "uno o varios dictámenes periciales", que nunca se produjeron.

"Si como afirma la demandante la prueba conocida como El Rosco no es una mera adaptación del formato The Alphabet Game ni forma parte del mismo; sino que es un formato original dotado de autonomía y sustantividad, como manifestación de la creación intelectual de sus autores, debió probarlo", dice la sentencia.