Iker Jiménez no pierde el tiempo desde que ha ascendido de nuevo al foco mediático. Hace algunas semanas, el polémico presentador de Cuarto Milenio y Horizonte hizo alusión en su discurso de cierre a unos presuntos dossiers que existen sobre él y otras tantas figuras públicas. Este pasado domingo, retomaba esta cuestión, pero fue mucho más combativo. El periodista habló sobre ciertos presentadores “con la nariz empolvada” que, a diferencia suya, les han echado “a rastras de un chiringuito”. “Como ni me drogo, ni me emborracho ni me voy de putiferio… No tienen nada”, celebraba.
El presentador de ambos espacios de Cuatro arrancó la edición de este domingo de Cuarto Milenio con un mensaje radical y directo. Se valió de una anécdota inesperada sobre un amigo suyo, dueño de un local, porque “tuvo que sacar a rastras a un célebre presentador muy digno él, de nariz empolvada, como una croqueta por el suelo y a otros tantos”. “Ojo, que cada uno se divierta como quiera, pero entrevés ahí que algo falla”, continuaba el célebre presentador.
Tras ello, continuó con su alegato, retrotrayéndose a su propia experiencia y los dossiers a los que hacía alusión en programas anteriores, certificando que no encontraron nada sobre él. Tan sólo hallaron, continuaba Jiménez orgulloso, que es un “hombre decente” a quien no encontrarían “con la nariz empolvada” y sacándole “a rastras de un chiringuito”. “Ni a mis amigos igual, no están en esa onda”, percutió el presentador de los programas de Mediaset.
“Como no me drogo, no me emborracho, no me voy de putiferio, no me voy con jovencitos o jovencitas, como no soy un depravado, la circunstancia es un lenguaje que no se entiende”, espetó el periodista en su clásico cierre del programa de los domingos. “Todo el mundo puede tomarse una copa y no soy inquisidor de nadie, pero analizando la circunstancia de algunos personajes concretos, me ha llamado la atención. Lo que pasa entre bambalinas, también influye”, explicaba.
Jiménez, que se ha mostrado orgulloso y combativo durante toda la emisión, especialmente en sus alegatos de apertura y clausura del programa, concluyó su disertación con otra reflexión más. “La vida que tengo delante de ustedes no dicha mucho de la cotidianidad. Luego hay otros que los ves muy dignos y los tienen que sacar a rastras como una croqueta”, remató.