Mientras 'Supervivientes 2021' encara su recta final en Telecinco con la casi unificación de sus concursantes en Cayo Paloma, un exparticipante se ha mostrado crítico con el reality desde Mitele Plus, desvelando algunas dinámicas internas que la audiencia desconoce ya que el programa las oculta para mantener la magia del concurso.

Albert Álvarez, segundo finalista de la edición de 2019  se encuentra actualmente en 'Solosen la plataforma de pago de Mediaset. Allí, viendo la gala ha descubierto en una conversación con su compañera Danna Ponce que la supervivencia en el reality de supervivencia no es tan real como parece desde casa. En concreto, ha contado que el programa es de "supervivencia limitada y convivencia complicada".

En su crítica, el televisivo ha desvelado prar sorpeesa de todos que los materiales que tienen disponibles en las playas se encuentran limitados ya que solo pueden usar aquello que les proporcione la organización del programa, por lo que le es imposible buscarse la vida para construir cabañas, lugares en alto para no pisar siempre la arena y tener una superficie sólida sobre la que descansar u objetos que les ayuden en el programa.

"Todo está protegido. La leña te la traen ellos. Si cortas algo son 3.000 euros de multa", le contaba Albert a su compañera lamentando que la aventura que le brindó la cadena al participar en el reality hace dos años fue "a medias" y que a él le gustaría enfrentarse a una supervivencia "de verdad".

El motivo de esta restricción no es otro que los Cayos Cochinos se encuentran en una reserva natural donde está prohibida la explotación de los recursos naturales, por lo que es la producción del programa la que proporciona a los concursantes lo necesario para sobrevivir.

Además, dado el elevado coste del programa, Mediaset España y Mediaset Italia comparten gastos al realizar las respectivas ediciones seguidas para ahorrar dinero y equipos. Por ejemplo, este año, ambas producciones han compartido varias semanas de concurso.

De esta forma, se asegura un desarrollo sostenible de los islotes ya que a un ritmo de dos ediciones anuales los recursos de los minúsculos archipiélagos quedarían reducidos a la nada.