Almudena Ariza es uno de los rostros más reconocidos de la información de TVE. La periodista lleva ligada al ente público desde 1989, convirtiendose en una de sus reporteras más emblemáticas a partir de 2001, momento en el que empezó a cubrir grandes acontecimientos internacionales como como los atentados del 11-S, las guerras de Afganistán e Irak, las catástrofes de Turquía, Irán o Haití. Este martes, visitaba el plató de La Revuelta y confesaba a Broncano lo que pensó de su fichaje por la televisión pública.
Ariza, que actualmente reside en Jerusalén, aprovechó uno de sus viajes exprés para repasar su trayectoria como corresponsal de guerra junto a Broncano. No obstante, como emblema de la Corporación, mostró su alegría con la llegada de La Revuelta a TVE: "Yo ya era fan de antes, y cuando escuché la noticia pensé que tú y tu equipo teníais que estar en TVE", le decía al de Jaén.
Además, la madrileña resaltó la labor del programa en la televisión pública: "Estáis consiguiendo cosas que nadie imaginaba en TVE. No había dudas ni por mi parte ni de los compañeros".
La periodista, que mostró una gran complicidad con el presentador, también contestó a las preguntas clásicas, que no le pillaron por sorpresa porque ya había visitado La Resistencia anteriormente. Ariza despertó las risas del público y sorprendió a Broncano con su respuesta sobre las relaciones sexuales mantenidas en el último mes. La comunicadora aseguraba que al volver “al primer mundo agradeces la normalidad y lo vives de una manera especial”, por lo que regresa a casa con “ganas de sentir un abrazo, vienes con el corazón apretado”.
Así, reconocía que, en los 10 días que ha podido ver a su marido en esta ocasión, han estado “muy a tope. Cuando te separas, te coges con muchas ganas”. Acto seguido, Ariza confesaba que ella y su marido han apodado "estas semanas de intensidad que vienen después de la sequía" como "la semana Broncano" en honor al recuento que solicita el presentador a sus invitados.
Las reivindicaciones de Ariza en La Revuelta: "Nos acosan"
Desde hace más de dos décadas, Almudena Ariza es una de las periodistas de guerra más emblemáticas dentro de nuestras fronteras, tanto es así que Broncano la recibió como "la reportera más mítica de nuestro país". Residente en Jerusalén, la madrileña ha cubierto la guerra entre Israel y Palestina durante los últimos 15 meses, pero antes también fue la de Ucrania y Rusia, el terremoto y tsunami que asolaron Japón en 2011, las guerras de Afganistán e Irak o los atentados del 11-S.
La reportera aseguraba que se trata de "algo vocacional" y no un castigo, ya que vive el periodismo "con pasión": "Ser periodista merece la pena". Ariza aprovechó uno de los regalos que llevó al presentador para hacer una importante reivindicación: "Hay una cosa que quiero comentar, ahora que tienes espacio aquí para unas pegatinas. Hay una cosa que nos pasa a las mujeres periodistas, sobre todo en redes sociales. Nos acosan como en otras profesiones".
"Las mujeres lo pasamos muy mal con estas cosas y pasa mucho con las periodistas. Nos insultan y nos dicen 'periolistas", denunciaba la reportera, que contó que se le "ocurrió aprovecharlo" para hacer "un lema, un logo con 'periolistas": "Es una manera de ponernos en valor y reivindicarnos porque somos periodistas y sí, somos periodistas y dando la batalla. 'Periolistas' y a mucha honra", sentenciaba.
Entre algunas de las discriminaciones vividas a lo largo de los años, la periodista compartía el momento que vivió en una de sus entrevistas a un líder talibán. Ariza se vio obligada a ponerse un saco de harina en la cabeza mientras realizaba las preguntas, de manera que el entrevistado no pudiera verla directamente "Ni te daban la mano, ni te miraban, ni te tocaban. (...) Sin preguntar, me plantó el saco en la cabeza porque no pueden ni siquiera mirar ni contestar a una mujer. En otras entrevistas, a lo mejor el susodicho no me miraba a mi directamente, no pueden rebajarse en ese momento".
Cuando @almuariza entrevistó a un líder talibán.
— La Revuelta (@LaRevuelta_TVE) January 28, 2025
Si ya de por sí debe imponer y sentir el peligro, imagina que ordenan que te pongan un saco en la cabeza para evitar que te miren ni te respondan directamente solo por el hecho de ser mujer. #LaRevuelta pic.twitter.com/D61yPMeNKF