Baila, Vini, se escucha en la brisa del Santiago Bernabéu cuando el 7 encara la banda izquierda del pasto de Chamartín. Baila, Vini susurrará Wembley ante la sonrisa eterna del niño de favela que ha heredado el liderazgo del equipo más grande del mundo. Este sábado, el Real Madrid se enfrenta al Borussia Dortmund en la final de la Champions League y todas las miradas están puestas en Vinicius Junior. El joven delantero brasileño, con apenas 23 años, tiene la oportunidad de consagrarse como el mejor del mundo y posicionarse como el próximo Balón de Oro. Pero su historia va más allá del talento y los éxitos deportivos: es un relato de lucha, superación y compromiso social. Del barro a la gloria bajo el sueño de cambiar el mundo y derrocar la lacra del racismo. Es una historia de lágrimas, sonrisas y muchos goles.

De las Favelas a la élite 

Vinicius José Paixão de Oliveira Junior nació el 12 de julio de 2000 en São Gonçalo, un suburbio de Río de Janeiro conocido por sus favelas y la dureza de la vida cotidiana. Criado en una familia humilde, desde niño mostró una pasión desbordante por el fútbol, jugando en las calles y soñando con llegar a ser como sus ídolos. Descalzo, un joven Vinicius hacía las mismas diabluras que hace en la élite europea. Su barrio, Porto do Rosa, está bajo el control de los narcotraficantes y el fútbol es una de las pocas salidas que tienen niños que nacen sin futuro.

Delincuencia, violencia y drogas son el día a día de la favela carioca. Desde pequeño, el sueño de Vinicius fue convertirse en futbolista profesional para poder trasladar a su familia a un entorno más seguro: “Yo he salido de São Gonçalo, un sitio de Brasil que está en el otro lado del mundo. Normalmente la gente no sale de ahí. Yo pude salir, y puedo estar haciendo una gran historia con este equipo, con mis familiares cerca y con esta afición que me ama tanto, y yo hago todo por ellos”, señaló el futbolista en una entrevista tras vencer al Bayern de Munich y certificar el paso a la final de Wembley.

Para poder enviar dinero a su familia, su padre, que trabajaba como instalador de Internet, se mudó a São Paulo. Durante ese tiempo, Vinicius vivó en la casa de su abuela paterna Nilza, quien hacía de matriarca. En esa casa, el futuro jugador del Real Madrid compartía una habitación con su abuela, su madre Fernanda y su hermana menor Alessandra. Años después, esa señora, Nilza, se sentaría en el Santiago Bernabéu y vería como su nieto se convertía en héroe para millones de personas en el mundo. 

Su talento innato pronto llamó la atención de los ojeadores, y a los 10 años ingresó en la academia del Flamengo, uno de los clubes más prestigiosos de Brasil.

Ascenso a la Fama

A los 16 años, Vinicius debutó con el primer equipo del Flamengo, y su explosiva velocidad y habilidad para el regate rápidamente lo convirtieron en una sensación. Pudo firmar su primer contrato profesional. Durante su tiempo en el Flamengo, jugó 69 partidos, marcando 14 goles y mostrando un talento que llamó la atención de clubes europeos.

En 2018, con solo 18 años, dio el salto a Europa, fichando por el Real Madrid. Al principio, jugó con el Real Madrid Castilla, el equipo filial, para adaptarse al fútbol europeo. Su debut con el primer equipo llegó en septiembre de 2018 en un partido contra el Atlético de Madrid.

A pesar de un comienzo irregular y algunas críticas, Vinicius rápidamente mostró destellos de su talento, destacándose por su velocidad, habilidades de regate y capacidad para desequilibrar a las defensas rivales. Su primer gol con el Real Madrid llegó en noviembre de 2018 en un partido de Copa del Rey contra el Melilla. Con el tiempo, fue ganando confianza y minutos en el primer equipo, convirtiéndose en una pieza clave en la delantera del club. Tal ha sido el impacto del brasileño que lleva 82 goles y 75 asistencias en 263 partidos oficiales con el Real Madrid. Ya marcó el gol que le dio al Real Madrid la 14 en París contra el Liverpool.

Lucha Antirracista

Vinicius siempre suscitó críticas en sus rivales. Primero le llamaron "malo". Que no tenía gol. Que no valía para el Real Madrid. Cuando comenzó a demostrar que era de los mejores del mundo, que sabía marcar goles y que sería un jerarca en el Real Madrid, llegó el acoso racista en los campos españoles. Ya no era malo, ahora era un "mono".

Desde su llegada a nuestro país, Vinicius ha sido víctima de numerosos episodios de racismo, con insultos y gestos discriminatorios provenientes de las gradas. Lejos de amedrentarse, el 7 ha utilizado su plataforma y visibilidad para alzar la voz contra el racismo en el fútbol y en la sociedad.

En repetidas ocasiones, ha denunciado públicamente los abusos, instando a las autoridades del fútbol y a los aficionados a tomar medidas más firmes contra el racismo. Su valentía y determinación han inspirado a muchos, y se ha convertido en un símbolo de resistencia y lucha por la igualdad. Vinicius ha dejado claro que su misión va más allá del fútbol: quiere ser un agente de cambio, utilizando su influencia para promover una sociedad más justa e inclusiva. A pesar de los duros momentos que desembocaron en una rueda de prensa con la Selección de Brasil que terminó en lágrimas, Vini tiene un sueño: acabar con el racismo en el fútbol español. "Estoy en contra de los racistas en el mundo, en todas partes. Quiero igualdad para todos nosotros", dijo emocionado. Sobre el país en el que vive, señaló:  "España no es un país racista, pero hay muchos racistas y muchos de ellos están en los estadios. "Nunca he pensado en irme de La Liga, porque si no, le daría a los racistas lo que ellos quieren". "Saco la fuerza de la familia, de las personas que sufren porque sé de dónde he venido, de un lugar que no había mucho futuro. Es algo triste. Esto es algo que está sucediendo... No solo en España, también en el mundo", explicó.

Camino hacia la gloria

La final de la Champions League de este sábado no solo representa una oportunidad para que Vinicius Junior demuestre su valía en el escenario más grande del fútbol europeo, sino también para que continúe su lucha contra el racismo. Una victoria no solo significaría un grandísimo logro deportivo, sino también un triunfo para todos aquellos que se enfrentan a diario a la discriminación y la adversidad. Aquellos que se ven reflejados en el niño de la favela y que lleva el 7 en el Real Madrid. El sábado buscará su segunda Champions League y la 15 para el Real Madrid. Puede erigirse como el próximo Balón de Oro. Ya le vimos en Mestalla, epicentro del racismo en el fútbol español, levantando el puño como los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlo en las Olimpiadas de México 68. ¿Hará lo mismo Vini en Wembley?

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