El campo de la inmunoterapia en oncología se ha revolucionado en los últimos cinco años. En este tiempo se han desarrollado distintos métodos entre los que están las vacunas contra diferentes tumores.

Se trata de aprovechar el sistema inmunológico del propio paciente para eliminar las células cancerosas y, aunque existen algunas encaminadas a la prevención, diseñadas contra agentes infecciosos, bacterias o virus como el HPV (Virus del Papiloma Humano), son en su mayoría terapéuticas.

Se emplean como tratamiento durante la enfermedad, haciendo que el sistema inmunitario reconozca las 'señales' que emite el tumor y lo destruya.

Desde hace algo más de un año el Hospital Quirónsalud Torrevieja cuenta con una 'Sala Blanca', donde se elaboran vacunas con células dentríticas para el cáncer de próstata. A día de hoy es el único punto de fabricación de vacunas de este tipo en España.

Se trata de un espacio, destinado a la elaboración de medicamentos de terapia avanzada, diseñado bajo los criterios internacionales de calidad GMP (Good Manufacturing Practices), una regulación que establece unas rigurosas normas.

Del paciente al paciente

El proceso de fabricación comienza con la “extracción de sangre del paciente mediante un proceso de leucoféresis, explica a ELPLURAL.COM el doctor Juan José Mata, responsable de la Unidad de Inmunología del Hospital Quirónsalud Torrevieja.

A continuación “se estimulan in vitro unas células del sistema inmunológico, linfocitos y monocitos, de tal manera que reconozcan una proteína del tumor, en este caso, la Fosfatasa Ácida Prostática”. Este proceso, que “suele durar una semana”, hace que se conviertan en una células, una vez infundidas al paciente, “capaces de atacar al tumor”.

El tratamiento tiene una duración de mes y medio. “La FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) aprobó el uso de tres vacunas cada 15 días, tras las cuales se observó una aumento de la supervivencia”, destaca este médico. Ahora bien, “cuantas más dosis des, mejor”, subraya.

Una vez tratado el paciente con la vacuna, “comprobamos la eficacia. Lo monitorizamos para ver que sus células están respondiendo”. Y lo hacen. “A los seis meses o un año vemos respuesta a la proteína tumoral, lo que significa que ya ha cogido defensas y que cuando el tumor exprese esa proteína la va a reconocer. El sistema inmunológico estará alerta”.

 

Pacientes hormonoresistentes

En la actualidad el tratamiento “está aprobado para pacientes refractarios”, explica el doctor Juan José Mata, “pacientes asintomáticos o mínimamente sintomáticos, que han pasado por una terapia hormonal a la que ya son resistentes”. En estos casos, indica “es una opción muy efectiva que se les aplica para aumentar su esperanza de vida”. Sin embargo, puntualiza este médico, “la efectividad del tratamiento es tan buena que se está utilizando ya en primera línea en Estados Unidos”.

Entre las principales ventajas que presenta este tipo de tratamiento está el que se trata de una estrategia terapéutica “segura, bien tolerada y que no genera respuesta autoinmune". Al tratarse de un “producto autólogo, del propio paciente, no lo va a rechazar” y al mismo tiempo no tiene efecto secundario alguno. “Los únicos efectos adversos que se pueden experimentar son de infusión, como un poco de dolor de cabeza”.

Aplicable a otros tumores

Del mismo modo, aunque de momento la vacuna que fabrica la 'Sala Blanca' del Hospital QuirónSalud Torrevieja es solo la realizada con células dentríticas para el cáncer de próstata, no se descarta en el futuro hacer otras para el melanoma y el cáncer de mama . “La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios te tiene que autorizar”, explica el responsable de la Unidad de Inmunología, pero el proceso sería muy similar, lo único que cambiaría sería la proteína con la que vas a estimular las células in vitro”.

La ‘Sala Blanca’

La 'Sala Blanca' cumple una rigurosa normativa que hace que los niveles de contaminación existentes en ella sean mínimos o nulos. Los parámetros ambientales en su interior están estrictamente controlados “porque vas a trabajar con productos celulares, los vas a manipular y has de asegurarte de que estén libres de virus o bacterias, ya que se lo vas a infundir al paciente”, subraya el doctor Mata.

Los operarios que acceden a su interior visten trajes estériles y diferentes sistemas de seguridad impiden que las células se contaminen.