Llegó la Semana Santa. En el mejor de los casos siete días de vacaciones, siete días de desconexión para las familias. Pero no para todas. No para el 32,6% de los hogares que no puede permitirse siete jornadas de descanso con sus hijos fuera del país, tampoco para decidir si playa o montaña a nivel nacional para pasar unas vacaciones en familia. Es la realidad que lastra España, la pobreza que emponzoña a los más pequeños, traducida en los últimos datos demoledores de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) con casi tres millones de menores en riesgo de pobreza y exclusión.

La rutina se vuelve diaria. La vivienda se posiciona como único destino vacacional, los parques y las calles como escapada preferente y las pantallas y la televisión como principal vía de evasión. Las vacaciones tan deseadas se presentan como un lujo. Las películas de ficción marcan el paisaje de las vistas, pero el billete es demasiado caro como para convertir los pixeles en realidad.

Irse de vacaciones, un lujo para las familias vulnerables

Mayte Pocero de la Cruz cuenta a ElPlural.com que lleva sin irse de vacaciones con sus hijas desde el confinamiento, aunque también confiesa que tan solo ha realizado tres escapadas acompañadas de las menores debido a la falta de ingresos económicos. Por ello, la madre de 53 años relata que considera el “irse de vacaciones” como un lujo. “Pobrecitas mías, la verdad es que me lo piden, pero no hay manera, no hay manera para permitírnoslo”, explica.

“Lo que son vacaciones nunca jamás, a lo mejor hemos ido un día a El Escorial a pasar el día, nos movemos por aquí alrededor”, añade. “Bueno nos fuimos a Valencia un par de veces, ya te digo en un sitio muy retirado de la playa, pero lo que se dice de irse de vacaciones como tal no”, relata Pocero de la Cruz. La madre narra que sus planes de esta Semana Santa son “casita”. “Verano para casita también y navidades, casita”, continúa. 

Personalmente no desconecto nunca de casa

La situación de Mayte es complicada. Víctima de violencia de género, expuesta a la falta de ingresos económicos y ahora en recuperación tras una operación de columna para la que llevaba en espera más de un año. “Esta semana la pequeña está conmigo viendo la tele o nos vamos a comprar aquí al lado, me ayuda porque como no puedo hacer mucho, pues hacemos eso, a lo mejor nos damos un medio paseo o poco más, pero de todas formas, nunca nos hemos ido de vacaciones sobre esta época”.

Asimismo, la madre habla sobre el desgaste mental de su situación señalando que “personalmente no desconecto nunca de casa”. “Lo que quiero decir es que no puedo permitirme un día y aunque esté en otro lugar, sigo como en casa”, lamenta con la voz entrecortada Pocero.

Los propios hogares, destinos vacacionales

“Hablamos de que literalmente [los menores] no pueden salir probablemente de su barrio, de su casa durante todo un año”, alerta Macarena Céspedes, directora de Incidencia e Investigación de la organización Educo. “Son seis, siete u ocho días dependiendo de las festividades en las diferentes comunidades autónomas y que esto se vuelve a repetir en el período estival, y posteriormente, en navidades; es que entra todo tipo de vacaciones, pero estamos hablando de salir de su barrio y de poder disfrutar de otro entorno y de otro contexto durante estos períodos vacacionales”, continúa.

Desde la organización marcan un recordatorio sobre la situación de las familias vulnerables en España y señalan que son familias que “no tienen todas las redes sociales necesarias para poder dejar a sus niños y a sus niñas acompañados con otras personas que los cuiden”. Asimismo, alertan sobre la alternativa de los hogares “que cuando llegan las vacaciones en el cole se tienen que quedar solos en su casa, alimentarse solos y no porque sus padres o madres quisiesen, sino porque sus padres o madres tienen que trabajar”.

Estamos hablando de salir de su barrio y de poder disfrutar de otro entorno y de otro contexto

Por último, Céspedes propone una alternativa a esta cuestión. “Creemos que la solución está en dar alternativas, en hacer una oferta más amplia y gratuita y accesible para los más vulnerables” y propone “campamentos, actividades de ocio y tiempo libre”. Asimismo, detalla que “las escuelas permanezcan abiertas no solo para la docencia, sino para ser un espacio en el que los propios niños y niñas puedan pasar ese tiempo”.

Macarena aclara que “es una demanda que hacemos a todo el mundo”. “Esto es algo que demandamos desde hace mucho tiempo y es que tenemos que poner en marcha políticas públicas con la infancia en el centro, que sean estructurales, que realmente se preocupen por la infancia, en sus derechos y en su bienestar”, dice tajantemente la directora de Incidencia de Educo.

La pobreza infantil, en cifras

El año pasado, el Ejecutivo lanzó su Plan de Acción Estatal de la Garantía Infantil Europea ante las preocupantes cifras de los menores que viven en familias bajo el umbral de pobreza. La mayoría de las organizaciones pedía la incorporación de varios puntos ante la escasez de medidas efectivas implementadas en el programa, entre ellos, la ampliación de una ayuda a la crianza desde los cero hasta los 18 años, la instalación del comedor escolar gratuito y universal, el acceso de los menores de cero a tres años para acceder a una plaza en las guarderías públicas, entre otras.

La pobreza infantil cuesta en España 63.079 millones de euros

Los últimos datos estiman que la pobreza infantil cuesta en España 63.079 millones de euros. Unos 1.300 euros por persona, que equivale al 5,1% del PIB español de 2019, según indica un estudio del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil. A estas cifras se añaden las familias monoparentales con 254.000 familias en Madrid, la mayoría mujeres, en situación de pobreza y exclusión social.

ElPlural.com se ha puesto en contacto con varios partidos políticos, entre ellos, el gobierno socialista. Entre las propuestas de Juan Lobato (Madrid), el partido busca incorporar un plan de choque contra la pobreza infantil que “aborde integralmente esta emergencia social acompañado de los recursos necesarios y realizado en colaboración con entidades expertas y la Federación Madrileña de Municipios”. También incluyen en sus propuestas la demandada petición sobre un comedor escolar gratuito para las familias con ingresos brutos anuales por debajo de los 35.000 euros, así como para “monoparentales, numerosas y aquellas en las que alguno de sus miembros tenga una discapacidad igual o superior al 33%”.

Desde la mesa de propuestas del equipo del candidato socialista buscan también impulsar una ayuda de 100 euros mensuales que abordará “desde el nacimiento, acogimiento permanente y/o preadoptivo y adopción” hasta la mayoría de edad. La medida incluye los mismos aspectos que las anteriores explicados. Del mismo modo, Lobato mantiene la denominación de las familias numerosas entre sus propuestas y la tramitación con urgencia de la ley de las familias monoparentales a las que el Gobierno de Ayuso ha olvidado”.