Eduardo Zaplana, expresidente de la Generalitat y exministro de José María Aznar, se sentará en el banquillo acusado de ser el cerebro de una trama de corrupción con amaño de contratos para lucrarse. Y ahora sí o sí, no podrá evitar hacerlo, pues su última baza era que la Audiencia Provincial de Valencia tumbara el auto por el que fue procesado. Sin embargo, los magistrados de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia no solo han avalado el auto de la magistrada del Juzgado de Instrucción Número 8 de Valencia, sino que le han dejado claro a la defensa del expresidente que sí existen indicios suficientes para juzgarlo por corrupción.

La corrupción en la Comunidad Valenciana ha estado en el ADN del PP de esa región durante décadas. Basta con recordar que otro expresidente, Francisco Camps, se sentará en el banquillo en enero dentro de una de las piezas del caso Gürtel. A eso se suman las condenas de varios de sus exconsellers, así como la condena a su número 2 en el partido, Ricardo Costa, por financiación ilegal. Eso por no olvidar que otro expresidente popular, José Luis Olivas, también ha sido condenado con anterioridad y se sentará junto a Zaplana en el banquillo de los acusados en el juicio del caso Erial.

Bajo los gobiernos de estos tres hombres: Zaplana, Olivas y Camps, se realizó un saqueo sistemático de las arcas públicas valencianas avalado ya por varias sentencias firmes. Saqueó que también salpicó al consistorio que dirigió Rita Barberá durante casi una cuarto de siglo, y que ahora la Justicia investiga dentro de la operación Azud, en la que están imputados el cuñado de Barberá, José María Corbín; su hermana y jefa de gabinete, Asunción Barberá; las tres hijas del matrimonio y, como guinda del pastel, el que fuera vicealcalde y mano derecha de la ‘alcaldesa de España’, Alfonso Grau.

Eduardo Zaplana

Como todo, este tsunami de industrialización del robo de dinero público tiene un principio: el gobierno de Eduardo Zaplana. La persona que los valencianos siempre han creído intocable desde su salto de la presidencia de la Generalitat a los brazos de José María Aznar quien le hizo ministro de Trabajo entre 2002 y 2004, llegando a ser portavoz del Gobierno de Aznar entre 2003 y 2004.

Al igual que otros políticos, los padrinos y las puertas giratorias no se hicieron esperar cuando dejó la política: así, de los despachos del Congreso, Eduardo Zaplana, ese cartagenero que comenzó su andadura como alcalde de Benidorm, anunciaba en 2008 que dejaba la política para ser delegado para Europa del Grupo Telefónica, cargo que mantuvo hasta 2010 cuando fue nombrado adjunto al secretario general de la multinacional española Telefónica.

Pero la basura que había perseguido a este hombre salió de debajo de la alfombra en 2018. Una mañana, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil lo detenía bajo las órdenes de la magistrada de Instrucción Número 8 de Valencia, Isabel Rodríguez; y del fiscal Anticorrupción, Pablo Ponce.

Ese día, la incredulidad se adueñó de los valencianos: “Creíamos que nunca caería. Todos sabemos lo que hizo, pero pensábamos que jamás le iban a detener”, dijo un ilustre socialista aquel día rememorando el caso Naseiro, donde Zaplana fue uno de sus principales protagonistas.

En su caso, se trata de una conversación grabada por la Policía el 11 de septiembre de 1990 con Voro Palop, concejal del PP en Valencia, al que no dudó en decirle: “me tengo que hacer rico porque estoy arruinado".

La conversación fue:

Zaplana: Me voy a que me lo expliques. A ver cómo puedo... Voy con un planteamiento fácil. Me sentaré a comer con él y le diré a ver cómo puedo rascar yo aquí.

Palop: Claro.

Z: Así, pura y simplemente, ¿eh? Que me dé diversas opciones y me quedo con la más fácil. Pero me tengo que hacer rico porque estoy arruinado, Voro.

P: ¿Sí? ¿Cómo ha sido eso? Estás trabajando como un cabrón.

Z: Estoy trabajando mucho, pero estoy arruinado.

P: ¿Y eso?

Z: Me lo gasto todo en política. No ves que no tengo sueldo como tú. Que cobras de lo que trabajamos todos los españoles.

P: Claro.

Z: Pues eso es lo que pasa. Ay, tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir. Ahora me tengo que comprar un coche. ¿Te gusta el Vectra 16 válvulas?

El caso Naseiro, que investigaba una financiación en B del partido acabó en nada al anularse las escuchas, la suerte estaba con Eduardo Zaplana. Una suerte que le acompañó hasta que, el 22 de mayo de 2018, fue el principio de su fin. Su particular descenso a los infiernos. Aquel día, no solo le detuvieron, sino que, dos días más tarde, al fiscal y a la juez no les tembló el pulso. La magistrada le decretó prisión provisional sin fianza durante varios meses.

Ahora, cuatro años después de saltar el caso Erial, el otrora todopoderos Eduardo Zaplana, el hombre de los ‘pelucos’ carísimos, el del bronceado más enviado en el PP, el niño bonito de la política y el compañero inseparable de José María Aznar se enfrentará a un juicio en el que el fiscal Pablo Ponce le pide la friolera de 19 años de prisión como presunto cerebro de una trama de corrupción especializada en amañar contratos públicos como fueron los de las ITV y los parques eólicos.